Yuca Amarga: «Delincuencia triunfante», por @emilio_guzman

El crecimiento vertiginoso de los homicidios en perjuicio de la humanidad de funcionarios policiales y militares en Venezuela en las últimas semanas, ponen en el tapete y a los ojos de todos los verdaderos índices delictivos, esos resultados que supuestamente por el patrullaje inteligente redujeron notablemente la criminalidad, sencillamente son falsos.

Luego de los macabros homicidios de los hermanitos Faddul, Mónica Spears o Eliezer Otaiza por citar algunos ejemplos, el país se ha visto envuelto en medio de una conmoción Nacional, unos protestan, otros lloran a sus muertos y el gobierno depende de la posición política que haya tenido el occiso de turno, emite sus conclusiones, fíjense, con los Faddul los voceros gubernamentales imputaron el lamentable hecho a los vicios del capitalismo, respecto a Mónica Spears se la achacaron a la descomposición social sembrada en la 4ta Republica que según ellos es hoy cuando arroja sus frutos venenosos, y en el caso del mayor Otaiza lo mandaron a matar desde el Imperio Yanqui para acelerar la desestabilización en nuestro territorio, en fin, si el gobierno no es responsable de nada y las neveras nauseabundas de las morgues se abarrotan con unos cincuenta venezolanos muertos por armas de fuego todos los días del mundo, entonces estamos en presencia de un gobierno que además de hipócrita es altamente ineficiente.

Ya salieron muchos “expertos” en toda vaina, manifestando que los homicidios de los uniformados son muy extraños, y que cada uno obedece a una condición particular, pues, de bolas que cada condición es particular, ni que hayan sido familia de gatos, los humanos mueren una sola vez, solo que en Venezuela el hampa acelera los tiempos. En estas horas de Dios no hay que buscar superhéroes, pero ya, hay que ponerle seriedad al asunto, ya basta de voceros con dobles discursos que citan los derechos humanos solo para el beneficio del delincuente.

Los policías no se deslastran de sus funciones ni de su entrenamiento cuando están libres, están bajo esa investidura 24 horas al día, por eso desde mi óptica y respetando las opiniones de todos, no debería estar en discusión si deben salir francos de servicio con armas de reglamento o no; los policías cuando están libres y de civil son mucho más vulnerables, y el patrullaje inteligente nunca llega a sus cuadrantes, tan solo el uniforme de un funcionario ya es un elemento disuasivo, si un choro entra a robar a un restaurante o a un autobús colectivo y allí hay dos policías, regularmente el delincuente decide no hacerlo y buscar otra víctima, porque aunque mermado, aún hay algún respeto a lo que representan, además, el uniforme tiene implementos que protegen al funcionario, tiene chaleco antibala, casco, entre otros; y cuando los policías están en funciones, siempre tienen compañeros y se protegen.

Pero en líneas generales más que dejar al descubierto a un gobierno que no ha podido con el hampa, estas muertes pertenecen a la estadística, a esos números matemáticos que no creen en profesión, ni en estatus social, que no piden carnet político, sino que mete en un mismo saco a moros y cristianos. Sin embargo nunca es tarde para reflexionar y reconocer los errores, sin complejos buscar las estrategias necesarias y entre todos luchar por vivir en un país seguro y no en un territorio sin ley.

Los venezolanos estaremos conformes con la ley de policía Nacional si se despartidiza, respaldaremos contundentemente el patrullaje inteligente, siempre y cuando paralelamente existan divisiones policiales que estén dedicadas a vigilar y frenar las acciones de los desadaptados, reprimiendo ley en mano; pero sobre todo debemos reconquistar la confianza perdida en miles de hombres y mujeres que portan el uniforme con orgullo y honestidad, pero hoy se encuentran de manos atadas por desviaciones politiqueras.

Emilio Guzmán / @emilio_guzman