Este pueblo tibetano lo sabía y decidió hacer algo por mantener a cada uno de sus integrantes a salvo, es por eso que construyeron lo que hay llamamos: «El pueblo de los mil castillos».
Situado dentro del territorio Chino, en un condado autónomo tibetano llamado Rongzhag o Danba, que significa «ciudad de roca», pero que en realidad todos conocen como el «reino de los mil castillos de piedra», pues cuenta con no decenas, con centenares de torres de vigilancia de hasta 35 metros por todo el territorio. La mayoría de estas torres están situadas junto a viviendas que parecen estar semiamuralladas, explica de10.com.mx
Así que lo que tenemos ante nuestros ojos son castillos o pequeñas fortalezas que pueden estar junto a otras o no; pero eso sí, todas pensadas estratégicamente, pues la idea era proteger a todos y cada uno de los habitantes de la aldea.
Éstas comenzaron a construirse en el año 1 700 a. C., según algunos estudios, y funcionaban como «habitaciones de pánico», pues cada que la población se sentía insegura, podían encerrarse en las torres hasta que la ayuda llegara o los enemigos se marcharan.
Se calcula que a la fecha existen 562 de estas torres en pie; en las que la forma cuadrangular, pentagonal y octagonal destacan. Se cree que la forma de construirla se enseñaba de generación en generación, y por eso fue que lograron crear paredes uniformes y completamente rectas, resistentes y fáciles de defender.
A la fecha, quedan 4 tipos de torres: las de vigilancia, las que se usaban para transmitir mensajes, las que están en la entrada de la aldea y las que fueron construidas en el interior de varias viviendas con el fin de ser espacios de almacenamiento de provisiones y claro, con fines defensivos.
Sin embargo, las torres no le quitan el encanto a Danba, por el contrario, las tradiciones están bien arraigadas y a la fecha el colorido resalta, pues cada uno de los hogares está decorado con delicadeza y perfección, pues las artesanías son parte ya de sus costumbres.
Si quieres visitar, te recomendamos hacerlo en mayo y noviembre, la mejor época del valle, donde las montañas y los pastizales agregan belleza al paisaje. Además, éste lugar es considerado como una de las aldeas tibetanas más bellas de China; incluso, hay quienes la ven como un «mundo perdido».