Son cada vez más los productos, tecnologías, formas de uso y accesorios que se convierten en realidad pocos años después de haber aparecido en la misma película, “Minority report” (Steven Spielberg, 2002).
Algunos no como curiosidad en una feria de la electrónica o como demostración de lo que pueden hacer un puñado de cerebritos de algún departamento de un remoto instituto tecnológico sino que están en casa y los niños juegan con ello. Tecnologías como la de reconocimiento del movimiento del jugador de Kinect son claramente deudoras de la forma en la que Tom Cruise interaccionaba tan vistosamente con el ordenador que interpretaba las visiones del futuro originadas por los “precog”.
La ultima tecnología que no tardará en estar a nuestro alrededor tiene que ver con la publicidad personalizada mediante reconocimiento facial. Y aún hay más.
En “Minority report” los anuncios vendían su producto llamando por su nombre al viandante que pasaba cerca.
Les bastaba un rápido escaner de retina para identificar al sujeto y tratar de venderle la mercancía. Con software de Intel y con pantallas de NEC ya hay anuncios de este tipo funcionando en el hotel The Venetian de Las Vegas. En función de si el viandante que pasa cerca es un jovenzuelo o una señora entrada en años la valla publicitaria inteligente lo detecta y anuncia el producto o servicio más ajustado a ese target.
De momento la tecnología no está tan avanzada como para permitir una identificación tan precisa del individuo como en la película pero sí es capaz de diferenciar sexo y edad de quien tienen delante.
Dicha identificación se lleva a cabo mediante técnicas de reconocimiento biométrico de las medidas, proporciones y distancias relativas entre sí de nariz, ojos y mandíbula.
[Fuente: Gizmodo]