Había gran interés en este título de acción y mundo abierto. A diferencia de otros títulos, la gran novedad de «Watch Dogs» es el arma de su personaje, Aiden Pearce, un «hacker» brillante con un pasado oculto que trata de desquitarse cuya personalidad no es demasiado profunda. Lo inquietante, y lo que le hace único, son sus habilidades. Desde su teléfono móvil es capaz de acceder al ctOS, el sistema informático de la ciudad de Chicago, enclave donde se desarrolla su historia, y controlarlo a su antojo. Desde semáforos, puentes levadizos, ascensores, bolardos, puertas y demás mecanismos electrónicos que se encuentra a su paso.
Tras varios meses de retraso, el título ha entrado con fuerza y ya se ha convertido en el más vendido de Ubisoft en sus primeras 24 horas a la venta. Sin duda ha salido rentable. Su apuesta por aunar reminiscencias de la saga Assassins Creed -pero si su verticalidad ni el vertiginoso sistema «parkour» y Grand Theft Auto -con sus mecánicas de conducción y el manejo por la ciudad- ha conseguido cautivar a gran parte de la comunidad de jugadores, que ansiaba tener a disposición este título cargado de grandes expectativas.
El personaje debe utilizar la estrategia y el sigilo principalmente para superar las diversas misiones del modo historia, que se completa en unas 25 horas -organizadas en 5 actos y 40 misiones-, ya que no es un ser rudo y fornido. Sus habilidades son más bien mentales. Eso sí, para conseguir sus objetivos puede utilizar diversas armas como pistolas, fusiles de asalto -en la tienda de venta de armas puede incluso disparar al dueño, algo divertido-.
Para ello, también puede servirse de la creación de pequeños objetos para despistar a los enemigos o una barra metálica capaz de incapacitar fácilmente a cualquier persona que se le cruce por su camino. La ciudad en sí misma está repleta de cámaras, a las que se puede acceder fácilmente para planificar una estrategia o llegar sin ser visto. Por supuesto, Aiden Pearce ha pensado en todo y su cara queda difuminada en todo momento, por si las moscas. Aunque muchas veces los policíasno suponen un problema, escapar de ellos montado en un vehículo es casi imposible.
El juego, pese a que no llega a la excelencia de «Grand Theft Auto V», cuya sombra es demasiado alargada, el título con el que se compara continuamente, supone un gran comienzo en este género, de gran aceptación e interés por parte de los jugadores. Por eso se combina la parte de utilización de vehículos -con una mecánica de conducción que produce extraños aunque muy intuitivo- y misiones a pie, las más interesantes en verdad, porque los personajes que te encuentras a tu paso gozan de una inteligencia artificial muy interesante pese a una considerable falta de empatía por parte de los paseantes. Eso sí, tendremos a nuestra disposición un juego donde se puede vaciar las cuentas bancarias de extraños, algo que está muy bien para ganar dinero.
En conjunto, deja un buen sabor de boca desde el primer momento gracias a su extenso mapa de la ciudad, que se puede recorrer en casi diez minutos en coche, y repleto de misiones secundarias. Este es un punto importante (y crítico) de «Watch Dogs», puesto que algunas de estas actividades resultan en ocasiones un tanto efectistas -como disputar un rally por ciudad que saca cierta adrenalina- pero en otras acaban por ser algo infantiles -una modalidad muy arcade que pretende eliminar medusas voladoras-. Los microjuegos son aquí muy importantes, y el juego está repleto de ellos. Otras veces el objetivo es acceder a la central de datos del ctOS, aunque el sistema de «hackeo» es un tanto simple. Nunca te sientes como si de verdad estuvieras «hackeando» algo.
Mención aparte al motor gráfico, uno de los aspectos más controvertidos. El juego en su conjunto dista de la calidad esperada. A los vehículos le faltan texturas, matices, se produce ausencia de sombras y luces en determinados apartados. La figura de Aiden Pearce sí está bien conseguida y definida, no así el resto de personajes o los interiores de los edificios, que parecen extraídos de la anterior generación de consolas. En definitiva, «Watch Dogs» se centra en la adición por el género sin llegar a reinventarlo y propone una experiencia solo satisfactoria gracias a una apuesta por hilar conceptos de los «sandbox» clásicos, pasear incluso por los «shooter»en tercera persona y con capacidad para combatir en modo sigilo.
Fuente [Abc.es]