Siento una alegría inenarrable con lo que está sucediendo hoy en Venezuela. Haber podido palpar que en los estratos más humildes del pueblo abiertamente se señalen las carencias intelectuales y gerenciales de quien precariamente detenta la Presidencia de la República, es algo muy positivo. Oír de viva voz del pueblo que su mandatario se comporta como un patán como un patotero brutal con la única intención de evitar atender los legítimos reclamos de la población sobre la transparencia electoral y el respeto absoluto a la voluntad popular expresada en las urnas electorales me llena de optimismo.
Ver a todos los poderes públicos confabulados para estafar a los ciudadanos y pisotear el Estado de Derecho, la Democracia, la lógica y la racionalidad es algo que nos llena de vergüenza, sin embargo, presenciar el histórico momento en que el pueblo reacciona para defender su condición de personas con derechos inalienables a vivir en Democracia y a que sean respetados los avances que las luchas de la humanidad por una vida civilizada nos han deparado: vivir en una sociedad donde priven la tolerancia, el respeto, la consideración, las actitudes honestas, honradas y no la picardía, el abuso, la trampa, el delito y las acciones rufianescas, canallescas. Esa posición del pueblo venezolano nos llena de mucha esperanza.
Ninguna manipulación de las que habitúan usar los regímenes totalitarios y en especial el castrocomunismo que pretende esclavizar a Venezuela podrá someter a un pueblo decidido a ser libre y vivir en la modernidad no en el atraso.
Es muy importante que la gente vea el descaro con que se pretende consumar este golpe de Estado desconocedor de una clara voluntad popular. Las actitudes de las rectoras del CNE, y de las cabezas de los Poderes Públicos son la mas clara demostración de que algo muy podrido está cocinándose. Cuando a la vista de todo el mundo, sin el menor pudor se decreta un APARTHEID contra buena parte de la población a quien se le está negando su derecho al libre pensamiento, a manifestar pacíficamente, a trabajar, y hasta a ser atendido en las instalaciones de salud del Estado. Cuando vemos que con el mayor descaro se declara que el Presupuesto Nacional y los bienes públicos son propiedad absoluta y exclusiva de una parcialidad política es lógico que el pueblo reaccione.
A pesar de la alegría que sentimos por la firmeza del pueblo en la defensa de sus derechos, al ver que el tan mentado “socialismo del siglo XXI” ha resultado un obsceno regreso a la época de las cavernas no podemos ocultar la vergüenza que como venezolanos sentimos por la calaña de gente que nos gobierna.
Jorge Ramírez Fernández / @jorgeramfer