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El uso excesivo de cualquier tipo de hormonas para aliviar los síntomas de la menopausia aumenta la probabilidad de cáncer de mama, según un reciente estudio.
Se sabe que el uso de píldoras que combinan estrógeno y progestina, el tratamiento hormonal más común, pueden incrementar el riesgo de cáncer de mama. Pero las mujeres a las que les fue extirpado el útero contaban con la posibilidad de tomar solo estrógenos, algo que se creía que era seguro y que incluso reducía el riesgo de padecer cáncer de mama.
En el estudio llevado a cabo por el hospital Brigham and Women’s de Boston, participaron 60.000 enfermeras tomando pastillas hormonales. El resultado revela que el uso continuo de las hormonas a lo largo de al menos 10 años provoca el incremento del riesgo de cáncer, aunque se cree que este sigue siendo reducido.
No obstante, los médicos aconsejan a las mujeres tomar la menor dosis de hormonas posible durante un tratamiento lo más corto posible para evitar cualquier riesgo.
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