En la víspera de que el gobierno divulgue su proyecto de reforma tributaria para recaudar fondos para la educación, miles de universitarios iniciaron el miércoles la primera marcha del año para insistir en reformas estructurales al sistema de enseñanza chileno.
«Sabemos que la única manera en que el gobierno escuche es que estemos aquí presentes, movilizándonos», dijo Noam Titelman, presidente de los estudiantes de la Universidad Católica y vocero de la confederación que agrupa a los planteles de educación superior.
La caminata fue autorizada por la autoridad regional de Santiago. Unos 10.000 estudiantes, según la policía, marchaban tranquilamente. Según versiones de prensa, los manifestantes eran unos 15.000.
La carismática líder estudiantil Camila Vallejo, vicepresidenta de los alumnos de la Universidad de Chile, dijo que la alta convocatoria, cuando muchos pronosticaban que la marcha sería un fracaso, revela que «el pueblo de Chile está por seguir defendiendo el derecho a la educación».
Gabriel Boric, presidente de los alumnos de la Universidad de Chile, aseveró que la educación chilena «sigue fomentando la desigualdad».
La marcha recorrerá unas 20 cuadras hasta llegar a un escenario montado cerca del río Mapocho, al norte de la ciudad, donde se desarrollará un evento cultural y se escucharán los discursos de los líderes estudiantiles.
El movimiento estudiantil protestó durante siete meses el año pasado hasta que obligó al gobierno del presidente Sebastián Piñera a impulsar un par de proyectos que aún se debaten en el Congreso: uno de ellos aumenta considerablemente el número de becas para los universitarios y el segundo disminuye de 6% a 2% el interés que la banca privada cobra por los préstamos a los jóvenes que, para recibirlos, deben ser avalados por el Estado.
Sin embargo, esta semana el ministro de Educación, Harald Beyer, anunció la creación de una agencia estatal que otorgará ésos préstamos, con un interés de 2%.
«El señor Piñera ha manifestado que la educación es un bien de consumo, pero nosotros entendemos que es un derecho universal y no queremos cambiar deuda por deuda, que es lo que nos propone el Ministerio de Educación», dijo Boric.