Si algo no le gusta a Moshe Kai Cavalin es que le llamen genio. Considera que "lo único" que ha hecho es inscribirse en la universidad cuando tenía ocho años y obtener dos títulos para cuando tenía 9, graduándose con notas perfectas. Así lo reseña Noticias.aollatino.com
Ahora, a los 14 años, se apresta a graduarse de matemáticas en la Universidad de California en Los Ángeles. Además, acaba de publicar una edición en inglés de su primer libro, "We Can Do".
La guía de unas 100 páginas explica cómo otros niños pueden lograr lo que Cavalin ha conseguido con medidas tan simples como mantenerse concentrados y acometerlo todo con dedicación total. El jovencito espera poder mostrar a la gente que no se trata de genio, sino de esfuerzo.
"Es siempre la cuestión que me preocupa", dijo Cavalin, que cumplió 14 años el 14 de febrero, respecto de la etiqueta de genio. "La gente tiene que entender que uno no tiene que ser un genio. Simplemente tiene que trabajar duramente y lo puede lograr todo".
Quizás también es importante eliminar un poco de televisión. Aunque es un fanático de las películas de Jackie Chan, Cavalin dice que limita su tiempo ante el televisor a cuatro horas por semana.
No hay que pensar que le faltan actividades recreativas ni que él siente que sus padres le presionaron para que estudiase constantemente. Cavalin escribe en su libro que aprendió a bucear, y que le encanta jugar fútbol o practicar artes marciales. Incluso ganó trofeos en esta última disciplina, hasta que sus estudios en la universidad y sus escritos le dejaron poco tiempo.
De hecho, uno de los mensajes clave de su libro es mantenerse concentrado y no enfrentar ninguna tarea a medias. "Yo conseguí alcanzar las estrellas, pero otros pudieran alcanzar la Vía Láctea", le dice a sus lectores.
Fue un profesor en su primera escuela de estudios superiores, el East Los Ángeles City College, quien le inspiró, dice Cavalin. A él no le gustaba la materia, pero consiguió máximas calificaciones, esforzándose y viendo el entusiasmo de su profesor, Richard Ávila.
Ávila, dice, le inspiró a escribir un libro explicando sus métodos para el éxito, como forma de motivar a otros. Le tomó cuatro años terminar el libro, en parte porque Cavalin, cuya madre es china, decidió publicarlo en chino, y hacer él mismo la traducción fue una tarea ardua.
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