El pacto con Google ha creado un nuevo frente abierto entre Londres y Bruselas. El secretario del Tesoro británico, George Osborne, ha sido convocado para comparecer en el Comité de Regulación del Parlamento Europeo y explicar los pormenores del acuerdo para rebajar la «factura» de los impuestos que adeudaba Google al Reino Unido a 170 millones de euros (una cantidad ocho veces menor que la que negocia el Gobierno italiano). El Mundo.
«Este acuerdo parece indicar que el Reino Unido está dispuesto a convertirse en un paraíso fiscal para atraer a las multinacionales», declaró a la BBC la vicepresidenta de la comisión parlamentaria, Eva Joly, que criticó al Gobierno Cameron de «competencia desleal» con otros países europeos.
Rupert Murdoch se ha sumado entre tanto al clamor de los medios británicos contra «el trato de favor» recibido por el Google. El magnate australiano Rupert Murdoch ha lanzado varias invectivas contra Cameron en su cuenta de Twitter: «Las compañías globales de tecnologías están logrando enormes beneficios en muchos lugares… A menos que alguien les pare, acabarán arruinando los negocios locales que pagan».
En el Parlamento británico, mientras, David Cameron eludió el golpe defendiendo el acuerdo con Google y alegando que el dinero en cuestión «tenía que haber sido recaudado por el último Gobierno laborista» desde el 2005.
La oposición laborista cargó sin embargo las tintas sobre el líder conservador y calificó el acuerdo con Google como «irrisorio». «No podemos comportarnos como ‘colegas’ cuando se trata de recaudar impuestos, y eso es lo que está haciendo Osborne con sus acuerdos con los gigantes de internet», declaró el portavoz laborista para asuntos económicos, John McDonnell.
McDonnell ha pedido la apertura de una investigación sobre las negociaciones por parte de la Oficina Nacional de Auditorías, «ante el rumor de que acuerdos similares pudieran estar en preparación con Facebook y Amazon».
En sus declaraciones a la BBC, Eva Joly reclama a George Osborne que haga púbicos los detalles de la negociación: «Hay mucha gente haciendo cálculos sobre si el acuerdo alcanzado con Google ha sido bueno o mal. Yo puedo decir que ha sido un acuerdo muy malo».
El rifirrafe por cuenta de Google amenaza con crear nuevas tensiones entre Bruselas y Londres y con complicar la recta final de las conversaciones para renegociar el estatus del Reino Unido en la Unión Europea.