El terapeuta ocupacional de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, Jean Gajardo, sostuvo que las caídas de las personas mayores de 65 años, pueden tener un impacto distinto al de otras edades, y pueden involucrar aspectos afectivos y motivacionales.
Entre las principales complicaciones de las caídas se destacan las lesiones de tejidos blandos; fracturas de cadera, fémur, húmero, muñeca y costillas.
Las personas mayores tienen temor a una nueva caída y usualmente se traduce en un temor a movilizarse de manera independiente.
«El adulto siente que sus habilidades para poder desplazarse de manera segura y efectiva se encuentran reducidas y por ende desarrolla una conducta de evitación de circunstancias que puedan significar un mayor riesgo de caerse, como caminar fuera de la casa, ducharse, usar transporte público» , expresó el terapeuta.
Agregó que es fundamental que los que acompañan a la persona que siente el temor, validar lo que ésta siente, ya que efectivamente sentirá ansiedad y miedo ante la realización de actividades que requieran movilidad e independencia.
Gajardo manifestó que un kinesiólogo/a podrá ayudar a la persona a potenciar sus capacidades motoras y esto la ayudará a sentirse más segura.
«Un terapeuta ocupacional podrá ayudarle a entrenar habilidades y reincorporarse progresivamente a las actividades cotidianas que realizaba previo a la caída y a reducir el temor por medio de la adaptación del ambiente buscando progresivamente mayores niveles de independencia. Un psicólogo podrá ayudarle a aprender formas de manejar la ansiedad y el temor de una manera más eficiente.
El especialista entregó recomendaciones que pueden adoptarse en el hogar, por ejemplo, no forzar la movilidad de la persona si ella refiere que no se siente capaz de hacerlo. El temor y la ansiedad inciden también en un mayor riesgo de caídas dado que la persona se mostrará más desconcentrada y con menor control de sí misma.
Igualmente, reducir los apoyos físicos y ambientales de manera progresiva. Por ejemplo, retomar las actividades dentro de la pieza, luego las actividades en el resto de la casa, y finalmente las actividades fuera del hogar. Similar al apoyo que brindemos, disminuirlo a medida que la persona vaya sintiendo mayor confianza.
«Acompañarle y reforzar sus capacidades a medida que vaya tomando más independencia en la vida diaria; explicarle que lo que está sintiendo es parte del proceso de re incorporación luego de caerse, y que es necesaria su colaboración activa para poder salir adelante. También, retomar primero las actividades que sean más importantes para la persona mayor, ya que esto facilitará la motivación y sensación de logro que la persona tenga» , expresó Jean Gajardo.
[Fuente: publimeto.cl]