Rosa había salido en aquel momento a la calle, su madre la había mandado a hacer unos recados. Oyó las explosiones sin saber de dónde venían, como tantas otras personas en la provincia de León. Vio caer algo del cielo. Se acercó a ver qué era y encontró una pequeña piedra humeante. La cogió, le sorprendió notar que estaba caliente. Se la llevó a casa y la guardó en una caja. Aún recuerda el día que cayó la piedra del cielo. Era el 9 de julio de 1931, tenía entonces once años.
«Es un meteorito de gran valor», declara Josep Maria Trigo, astrónomo del Institut de Ciències de l’Espai (CSIC-IEEC) en Bellaterra, que lo ha estudiado. La roca, que los científicos han denominado Ardón en honor al pueblo donde cayó, aporta información sobre el sistema solar primitivo.
Llegó a las manos de Trigo gracias a José Antonio González, sobrino de Rosa, que sospechó que aquella pequeña piedra oscura podía tener importancia científica y convenció a su tía para dejar que la examinaran especialistas. González, que es aficionado a los documentales de divulgación científica y se siente interesado por la astronomía, buscó investigadores de meteoritos por internet y localizó a Trigo, uno de los máximos expertos de España.
El astrónomo reconoció que la piedra era un meteorito en cuanto vio las primeras imágenes que le envió González. Cuando pudo estudiar de manera más detallada la pieza, que pesa cinco gramos y medio y mide aproximadamente un centímetro de longitud, determinó que se trata de una condrita ordinaria, el tipo más común de meteorito.
Pese a considerarse ordinaria, tiene una historia extraordinaria, destaca Trigo. Está formado mayoritariamente por los mismos minerales a partir de los que se formó la Tierra -silicatos, sulfuros y metales-. Pero a diferencia de los planetas, que se han transformado de manera sustancial a lo largo de su historia, el meteorito Ardón es una reliquia del origen del sistema solar. Trigo y su colega Jordi Llorca, de la Universitat Politècnica, han identificado en él componentes que abundaban alrededor del Sol antes de que se formaran los planetas -concretamente cóndrulos, que son minúsculas esferas minerales, y granos metálicos-.
Dentro de las condritas ordinarias, Ardón se enmarca en las del grupo L. Esto significa que procede del asteroide 1272 Gefion. Los restos de aquel asteroide orbitan alrededor del Sol entre Marte y Júpiter, aunque algunos de ellos caen hacia el sistema solar interior cuando su trayectoria se ve alterada por perturbaciones gravitatorias.
Una vez terminado su estudio, el meteorito ha sido oficialmente reconocido por la Meteoritical Society. Rosa González, que ahora tiene 94 años, ha donado un fragmento de la pieza al Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid, donde los visitantes podrán maravillarse ante una roca más antigua que la propia Tierra.
[Fuente: lavanguardia.com]