Fue en los años 60 en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, cuando el VIH empezaría a convertirse en lo que es actualmente: una pandemia mortal que ya ha matado a más de 36 millones de personas. Lo acaba de desvelar un equipo de investigadores, entre los que se encuentra el español David Posada, de la Universidad de Vigo, cuyo trabajo se publica en «Science», que además demuestra otra dato que puede ser importante desde un punto de vista de salud pública: el VIH-1 no exclusivamente se propagó por causas biológicas, sino por cambios sociales, económicos y demográficos.
Los investigadores de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña) y la Universidad de Lovaina (Bélgica), han reconstruido la historia genética de la pandemia del grupo M del VIH-1, el subtipo de virus más común en todo el mundo, y han determinado que este tipo del VIH se propagó por todo el continente africano, y por todo el mundo, desde Kinshasa. «Creemos que este subtipo del VIH llegó a Kinshasa alrededor de 1920, al igual que otros subtipos virales como el 0, y durante 30 o 40 años apenas se propagó, pero que en 1960, por diferentes motivos, se extendió por todo el país», explica a ABC David Posada.
De la selva del Camerún
Desde hace tiempo se sabe que el VIH, a pesar de que algunos siguen insistiendo que el virus del sida se originó en un laboratorio, tuvo su origen en chimpancés de África central. El trabajo que también se publicó en «Science» mostraba que el material genético extraído de las heces de esos chimpancés en las selvas de Camerún determinaba que el virus, identificado como VIH-1, surgió de estos primates, en concreto de una subespecie del chimpancé, endémica del sur camerunés, llamada «Pan troglogdytes troglodytes».
También se sabe que el VIH se ha transmitido de los primates y monos a los seres humanos por lo menos en 13 ocasiones, pero que únicamente una de ellas ha dado lugar a la pandemia humana. Ahora, gracias a este nuevo trabajo podemos saber que entre los años 1920 y 1950 se produjo una ‘tormenta perfecta’ de factores, incluyendo el crecimiento urbano, el desarrollo de infraestructuras ferroviarias durante el gobierno colonial belga y cambios en el comercio sexual, que se combinaron para que el subtipo M del VIH se extendiera, primero por África y después por todo el planeta.
«Hasta ahora la mayoría de los estudios han adoptado un enfoque poco sistemático de la historia genética del VIH, analizando los genomas del VIH en determinados lugares» explica el profesor Oliver Pybus, de la Universidad de Oxford, autor principal del artículo. «Pero nosotros, por primera vez hemos analizado todas las pruebas disponibles utilizando las últimas técnicas filogeográficas, que nos permiten estimar estadísticamente el origen de un virus viene». Esto significa, continúa Pybus, que podemos afirmar con un «alto grado de certeza» dónde y cuándo se originó la pandemia del VIH. Y, apunta por su parte Posada, parece que una combinación de factores que se produjeron en Kinshasa a principios del siglo 20 causó una ‘tormenta perfecta’ para la aparición del VIH. En este periodo, apunta el investigador español, «se triplicó la tasa de infección del virus».
‘Tormenta perfecta’
Y las causas no fueron aparentemente genéticas. Tal y como explica Posada, el subtipo M del VIH-1 es más infectivo que el subtipo 0. «Pero lo era también en 1920, y no se propagó con la misma virulencia que años después». Se había sugerido que el crecimiento demográfico o las diferencias genéticas entre el grupo M del VIH-1 y otras cepas podrían ser factores importantes en la creación de la pandemia del VIH. Sin embargo estos resultados sugieren que, junto con una mejora en las vías de comunicación, los cambios sociales -cambio de comportamiento de los profesionales del sexo-, y el impulso de iniciativas de salud pública –vacunación sin esterilizar las jeringuillas- pueden haber contribuido a convertir el VIH en una epidemia en toda regla. Es decir, afirma Posada, «un cambio en los comportamientos del hospedador produjeron una ‘catástrofe’ mundial»
«Nuestra investigación sugiere que, después de la transmisión original del virus al hombre (probablemente a través de la caza o la manipulación de carne de caza) únicamente había una pequeña ‘ventana’ durante la etapa colonial belga para que esta cepa en particular del VIH surgiera y se extendiera hasta convertirse en una pandemia», asegura Pybus. Pero la mejora en los sistemas de transporte de 1960 hizo a Kinshasa una de las ciudades mejores conectadas de toda África central. «Los archivos coloniales nos dicen que a finales de 1940 más de un millón de personas estaban viajando en tren cada año», señala Nuno Faria, de la Universidad de Oxford.
Solo desde la prevención podremos acabar con el sida
Y los análisis genéticos de este trabajo muestran que el VIH se distribuyó muy rápidamente por la República Democrática del Congo (un país del tamaño de Europa occidental). «Esto -añade Faria- ayudó a establecer focos secundarios de VIH-1 en regiones bien conectadas con los países de África meridional y oriental. Creemos que es probable que los cambios sociales generados con la independencia del país en 1960 hicieron que el virus se disgregara a través de pequeños grupos de personas infectadas que llevaron el VIH a la población general en África y, finalmente, por todo el mundo».
La información de este trabajo confirma que la epidemia del VIH trasciende el ámbito médico y se convierten en una cuestión multidisciplinar. «Hemos visto que los factores sociales y económicos fueron esenciales en la propagación de la epidemia», señala Posada. No todo, dice, «se debe a los cambios genéticos, como así ocurre en el virus de la gripe».Y ello nos deja algunas enseñanzas. «Solo desde la prevención podremos acabar con el sida».
Fuente [Abc.es]