Muchos surfistas tienen temor a los tiburones. Pero no Mike Politowicz, 45, un avezado surfista con 30 años de experiencia. “Surfear es una forma de relajarse”, dice.
Relajación, eso es, mezclado con un poco de adrenalina y latidos del corazón anticipando una buena tomada de ola. Pero el 7 de agosto del 2010, cuando Politowicz remaba hacia una ola en la playa de Florida, la sensación de su corazón era algo totalmente diferente.
Comenzó a sentirse enfermo del estómago. Intentó seguir remando pero pronto se dio cuenta que algo estaba terriblemente mal.
“Sentí como si alguien estuviera poniéndome una estaca caliente en la mitad de mi pecho”, dice Politowicz, de Longwood, Florida.
Tomó la siguiente ola y trepó media milla por la playa para pedir ayuda. Los médicos en el hospital local confirmaron que tuvo un infarto cardíaco causado por un coágulo en la sangre.
Politowicz había sido diagnosticado con un bloqueo del corazón seis años antes por un cardiólogo del área de Orlando, Florida. Después que le pusieran diversos stents, continuó llevando un estilo de vida activa sin problema. Más tarde, supo que un cambio en su medicación puede haber causado un nuevo coágulo.
En una visita de seguimiento con su cardiólogo, a Politowicz se le dijo que la salud general de su corazón había empeorado. Pero él fue escéptico. “Pensé que estaban locos”, dijo. “Pese a lo que había pasado, me sentía como si estuviera en la mejor forma de mi vida”.
Optó por una segunda opinión y pidió hora con el cardiólogo Brian Shapiro, de la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida.
Resonancia Magnética Cardiaca
En vez de basarse en los métodos tradicionales de diagnostico como un test de estrés, ecocardiograma y cateterismo cardíaco, el Dr. Shapiro indicó una resonancia magnética cardíaca (cMRI), un test relativamente nuevo diseñado para proveer una visión más precisa del corazón.
“Esta tecnología lleva el proceso del diagnóstico y tratamiento a un completo nuevo nivel”, dice el Dr. Shapiro. “Podemos ver claramente las áreas exactas en el corazón que tienen problemas y rápidamente definir las mejores estrategias terapéuticas para cada paciente”.
Gracias a la claridad del cMRI, los médicos pueden cuantificar el tamaño y función de las cámaras del corazón, grosor y movimiento de las paredes del corazón, la extensión del daño causado por ataque cardíaco o enfermedad cardíaca, problemas estructurales en la aorta, como aneurismas o disecciones, y la construcción de placas y bloqueos en los vasos sanguíneos.
Un beneficio adicional de cMRI es que ayuda a pacientes a entender su condición y la terapia que necesitan, dice el Dr. Shapiro. “Mostrar al paciente las imágenes de su resonancia magnética cardíaca les permite ver lo que antes sólo habían escuchado”, dice. “Su condición se convierte en algo más real”.
Ayuda para el daño del corazón
Para Politowicz, significó confirmar que el daño al músculo del corazón fue tan grande, que era poco probable lograr revertirlo.
Politowicz dice que ver las imágenes de la resonancia magnética cardíaca le entregaron un mejor entendimiento de lo que estaba pasando, ya que podía ver los daños — lo que estaba bombeando y lo que no lo estaba haciendo. Y admite que se sintió impresionado. “Antes nunca me había sentido ansioso, pero ahora podía verlo, y estaba muy preocupado”, dice. “Mi papá murió cuando yo tenía cinco, y no le quiero hacer eso a mi hijo”.
El Dr. Shapiro también descubrió que las arterias de Politowicz estaban otra vez severamente bloqueadas y se requeriría cirugía.
“La imagen nos ayudó a ver la extensión del daño y tomar las mejores decisiones para el Sr. Politowicz”, dice el Dr. Shapiro.
Debido al alto costo del equipo y los requerimientos de entrenamiento, el uso del cMRI se limita generalmente a entidades grandes o a centros médicos académicos. El Dr. Shapiro dice que, aunque el uso de la resonancia magnética cardíaca como método de diagnóstico, todavía no es tan común, él espera que sea una herramienta valiosa en el futuro.
“Con esta tecnología, podemos evaluar y proveer tratamiento para pacientes de alto riesgo con anticipación y tener la esperanza de prevenir ataques al corazón”, dice Dr. Shapiro.
En marzo de 2011, Politowicz se sometió exitosamente a una cirugía para abrir arterias bloqueadas. Los médicos también implantaron un desfibrilador debido a la severidad de su ataque al corazón. Ahora, ya está de regreso tomando las olas.
Sigue sin preocuparse de los tiburones. El dice que enfrenta el agua con un espíritu renovado, una apreciación por su corazón más sano y con el conocimiento de que sus pulsaciones tienen que ver solamente con el tomar las olas.
“No hay mucho en la vida que un buen surfeo no pueda poner en la perspectiva correcta”, dice. “El trabajo no puede surfear, las cuentas no pueden nadar, y mis problemas parecen que terminan en el borde del agua”.
Para más información acerca del tratamiento enfermedades cardiovasculares en la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida, llamar al departamento de Servicios Internacionales al teléfono (904) 953-7000 o enviar un email a [email protected].
Fuente: Auramarina Arismendi – Clínica Mayo