La medicina cura pero también previene. De la "lectura" de nuestro organismo pueden deducirse riesgos, probabilidades, en suma, la medicina puede adelantarse al tiempo y frenar el desarrollo de una enfermedad. Y esto es de aplicación no sólo al cuerpo sino también a la mente.
Es lo que acaban de lograr investigadores de la Universidad de Medicina de Northwestern (EE UU), que un análisis de sangre pueda diagnosticar la depresión.
Han desarrollado el primer análisis de sangre para diagnosticar la depresión mayor en adolescentes. Y lo hacen mediante la "lectura" de un conjunto de marcadores genéticos que se encuentran en la sangre del paciente.
Los científicos trabajaron con 28 adolescentes, 14 con depresión mayor que no habían sido tratados clínicamente y 14 adolescentes no depresivos, todos entre 15 y 19 años de edad.
Con ellos, utilizaron 26 marcadores genéticos en sangre y vieron que 11 de ellos discriminaban entre adolescentes deprimidos y los no deprimidos. Además, 18 de los 26 marcadores distinguían entre los pacientes que solo tenían depresión mayor y los que tenían depresión mayor combinada con trastorno de ansiedad.
El estigma: ninguno quiso ser tratado
De este modo, el estudio también ha servido para identificar los subtipos de depresión: entre adolescentes con depresión mayor y las personas con depresión mayor combinada con trastorno de ansiedad.
Sorprendentemente, ninguno de los adolescentes diagnosticados con depresión optó por seguir el tratamiento que se les ofreció. Como explica Eva Redei, directora de trabajo, "sigue habiendo un estigma social en torno a la depresión". Si se puede diagnosticar la depresión como se hace con la diabetes, "es posible que el estigma desaparezca".
En la actualidad, los métodos para diagnosticar de la depresión no son completamente fiables –especialmente entre los adolescentes–, ya que se basan en la capacidad del paciente de explicar qué le pasa y sus síntomas.