Observamos con mucha atención la reciente reunión entre el Ejecutivo Nacional y los alcaldes de oposición por la importancia del hecho después de tanto tiempo de pelea entre ambos sectores.
Más allá de aplaudir la contundencia de los argumentos y posiciones esgrimidas por los representantes locales, no dejó de captar mi interés un problema que parecía común entre los presentes sin importar la ubicación geográfica: La basura.
La inseguridad, el desempleo y el desabastecimiento se han convertido en el foco de algunos municipios, pese a que muchos gobernantes se han quedado cortos en el camino a su solución, pero pareciera, sin desmerecer lo relevante de estos problemas, que se ha olvidado que parte de nuestra calidad de vida radica también en vivir en un ambiente limpio.
La insalubridad ya es un problema nacional y estamos subestimando la magnitud de su alcance dentro de las comunidades. No puede ser casualidad que de 15 alcaldes que el miércoles tuvieron derecho de palabra en el encuentro con Maduro, poco más de la mitad, reclamara ayuda al gobierno para atender eficientemente esta realidad.
Ya se hicieron mínimos los vertederos, tras años de acumulación de desechos en los que, por lo visto, no se pensó que en algún momento colapsarían y cederían ante la falta de acciones. Parte de la suciedad que viven nuestros sectores más poblados es consecuencia de esto. Ya no hay espacio para descargar la basura, los días siguen pasando y la suciedad se sigue amontonando.
En la zona norte del estado Anzoátegui es más que obvio el escenario que describo. En este año se dieron cientos de declaraciones sobre el colapso de Cerro de Piedra y prácticamente terminó el 2013 sin que nada se hiciera.
No podemos seguir mostrando calles sucias, bolsas regadas en las avenidas y sectores insalubres. Hay sitios en los que es recurrente la denuncia de los vecinos de enfermedades como secuela de la falta de mantenimiento, además de la incomodidad generada por los malos olores. Este no puede ser el mejor escenario para los ciudadanos.
¿Qué más debe pasar para entender que ya no se le pueden dar largas a un problema como este? ¿Qué piensan hacer los nuevos alcaldes al respecto? Existe una llamada Mancomunidad del Aseo Urbano (Masur), cuyos voceros sólo se han encargado de ofrecer tristes declaraciones en las que siempre hablan del escenario que ya conocemos y padecemos a diario y jamás de presentar soluciones.
El país se llenó de basura, sin que nos diéramos cuenta. La imagen más común en todas las calles es verlas “adornadas” por recurrentes bolsas negras, porque tampoco hay compartimentos para confinarlas ni unidades suficientes para recogerlas.
Gobierno nacional, regional y local deben unirse para convertir en política de Estado, resolver el problema de la basura. Llegó la hora de que las palabras y promesas se transformen en acciones y soluciones. No queda mucho tiempo.
Astrid Silvestri / @AstridSp79