Los separatistas, prorrusos que luchan contra las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania, enfrentaron la ira de sus connacionales el martes y un nuevo desafío del hombre más rico del país, quien los exhortó a que pongan fin a su rebelión.
Rusia por su parte dijo que algunos soldados estaban desmantelando sus campamentos a lo largo de la frontera con Ucrania en cumplimiento a la orden dada por el presidente Vladimir Putin.
Un día después de que Putin ordenara la retirada en un aparente intento por aliviar las tensiones con Occidente el Ministerio de Defensa ruso dijo que sus fuerzas en las regiones de Briansk Belgorod y Rostov fronterizas con Ucrania se disponían a regresar a sus bases.
La OTAN que estima que Rusia tiene unos 40 mil soldados en su frontera con Ucrania dijo estar observando la situación de cerca pero que aún no podía confirmar cambio alguno.
La portavoz de la OTAN Oana Lungescu desafió el martes a Rusia a que «demuestre que está haciendo lo que dice».
En el este de Ucrania los separatistas de nuevo intercambiaron disparos el martes con las fuerzas del gobierno en las afueras de Sloviansk una ciudad que ha sido el epicentro de la rebelión contra el gobierno central en Kiev. Esta vez sin embargo la ira local contra los separatistas parecía estar creciendo.
Yekaterina Len de 61 años y cuya casa fue alcanzada por un proyectil de mortero se echó a llorar mientras miraba los daños. Sobrevivió al impacto gracias a que pasó la noche con los vecinos.
Ella y otros habitantes sonaban exasperados y furiosos con las dos partes en conflicto. Algunos dijeron que muchas casas se vieron afectadas cuando los rebeldes se trasladaban por la zona disparando contra los soldados y atrayendo fuego en respuesta.
“Deben detener este bandidaje para que pueda haber paz» dijo Lina Sidorenko quien vive en Sloviansk. «¿Cuánto más puede durar esto? Tuvimos un país unido y ahora mire lo que ha pasado».
Vyacheslav Ponomariov el líder separatista en Sloviansk se reunió posteriormente con unos 200 residentes muchos de los cuales le exigieron a gritos que detuviera las hostilidades. Con una pistola en el cinturón y flanqueado por guardaespaldas con fusiles Kalashnikov Ponomariov les respondió diciendo que compensará a quienes vieron dañadas sus casas.
Por otro lado el hombre más rico de Ucrania el magnate de los metalesRinat Akhmetov aprovechó la ola de consternación pública para endurecer su postura en contra de la rebelión alegando que las hostilidades han devastado el corazón industrial del este de la nación.
En una declaración en video Akhmetov hizo un llamado enérgico a poner fin a la rebelión en el este de Ucrania la que calificó como una «lucha contra los ciudadanos de nuestra región».
“¿Es el saqueo de ciudades y la aprensión de ciudadanos pacíficos una lucha por la felicidad de nuestra región? No no lo es» dijo Akhmetov.
[Fuente: excelsior.com.mx]