El Papa Francisco ha aceptado una invitación para visitar Ucrania, país de mayoría ortodoxa donde la Iglesia Greco-Católica de rito oriental cuenta con más de seis millones de fieles. «Acabamos de regresar del Vaticano, donde nos reunimos con el Papa Francisco (…). Nos dijo que viene a Ucrania», ha asegurado este lunes Yuri Tandit, negociador ucraniano para la liberación de rehenes y prisioneros de guerra, a la televisión local.
Invitado por el presidente ucraniano
Tandit ha asegurado que la invitación fue enviada por el presidente ucraniano, Petro Poroshenko. «Por eso, quiero felicitar a todos los ucranianos, ya que lo más probable es que el Papa Francisco, que reza por la paz en nuestro país, venga con nosotros», ha agregado.
Francisco abordó el fin de semana la situación en Ucrania al recibir en el Vaticano a la canciller alemana, Angela Merkel, uno de los líderes participantes en la reciente cumbre de Minsk en la que se firmaron los acuerdos de paz, que incluyen un alto el fuego. Ambos abogaron por encontrar «una solución pacífica» al conflicto, donde han muerto unas 6.000 personas, entre civiles y combatientes.
En caso de que se consume el viaje apostólico a Ucrania, Franciscoserá el segundo Pontífice en hacerlo, ya que Juan Pablo II visitó en 2001 Kiev y Lvov, en el oeste del país, limítrofe con Polonia, donde se concentran la mayoría de católicos. Juan Pablo II fue el gran impulsor del resurgimiento de la Iglesia Greco-Católica de rito oriental o Uniata tras la caída de la Unión Soviética, aunque no pudo cumplir en vida su anhelo de fundar un Patriarcado católico en Ucrania, ante la oposición de Rusia.
Los católicos ucranianos fueron perseguidos en la URSS
Los ortodoxos rusos consideran que los uniatas son, en realidad, católicos disfrazados con rituales orientales, cuyo objetivo es convertir a los ortodoxos ucranianos al catolicismo. Los uniatas, supeditados a Roma desde su fundación en un Sínodo celebrado en Brest en 1595, se negaron a colaborar con las autoridades soviéticas, lo que les costó la represión. En 1945 todos los obispos uniatas fueron arrestados y sentenciados a trabajos forzados y sus bienes fueron entregados a la Iglesia Ortodoxa. Los católicos ucranianos sólo salieron de las catacumbas en diciembre de 1989, cuando el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, aprobó una ley para la restitución de sus propiedades.
Fuente [Abc.es]