Al parecer, el Servicio Geológico de EEUU ha comprobado que la mejor manera de detectar y localizar terremotos no consiste usar sus avanzados sismógrafos, sino en utilizar algo mucho más común, Twitter. Sí, gizmolectores, nada mejor que miles de seres humanos atemorizados con acceso a Internet para mostrar donde y cuando tiembla el suelo.
Para ellos está claro que es un método de localización rápido, gracias a que Twitter funciona en tiempo real y al colapsarse las líneas, muchas veces la gente lo comunica por Twitter para que se sepa que ha pasado y que están bien.
Los sensores de los sismógrafos más avanzados, aunque detectan las vibraciones con precisión, necesitan casi 5 minutos para detectar el terremoto y avisar. Con Twitter es prácticamente instantáneo, y casi puede reconocerse el epicentro y su propagación.
De esta forma Twitter y los sismógrafos se complementan, sirviendo el primero de aviso para una respuesta rápida de los sistemas de emergencia y el segundo para su estudio.
Yo a lo más que he llegado es a saber si llueve, nieva, o cae granizo en Córdoba a base de Facebook y Twitter, o conocer el viento de otras zonas con precisión para los vuelos en paramotor. Tal vez si se incluyeran más sensores en los móviles podríamos tener millones de “estaciones meteorológicas” dispersas por el mundo que podrían facilitar mucho las cosas y mejorar las previsiones.
Es más, ya que los animales detectan al parecer los terremotos mucho antes, lo suyo sería ponerle un collar a las mascotas con Twitter. Vale que eso nos puede llevar a tweets como leer “acabo de olerle el trasero al perro del vecino” o “he visto un insecto y me lo he comido”, pero comparado con las tonterías que pone a veces la gente por aburrimiento, hasta parece más interesante.