Twitter se parecerá más a una app móvil. La primera conclusión es obvia: vamos hacia interfaces unificadas. La segunda: que Twitter era feo. Para una red social, la estética es importantísima. El perfil de uno es un espejo, una tarjeta de visita. Queremos que reluzca. Si la red no lo consigue, no solo no vamos a pasar tiempo ahí, sino que tampoco lo vamos a recomendar. Y eso lleva a que la actividad de una red social disminuya gradualmente. Twitter no lo puede permitir.
El perfil le roba protagonismo al timeline
El diseño clásico de Twitter, visto desde el navegador del escritorio, no es nada agradable. Es funcional y hasta cierto punto ligero, pero no es bonito. Un perfil de Google+ es mucho más agradable de ver, por ejemplo: G+ muestra una foto de perfil grande en todo momento. Es un recordatorio constante de quiénes somos.
Con el nuevo diseño, Twitter da una mayor relevancia a la “tarjeta de visita”, esto es, el conjunto de nombre, foto de perfil y fondo de perfil, con los números bien visibles. Es como conducir mirándonos en el retrovisor. En el mundo de las redes sociales el ego es el combustible, y verlo en un marco agradable aumenta la autoconfianza.
Un diseño para controlarlos a todos
La segunda consecuencia del rediseño de Twitter no es una novedad: todos los grandes servicios aspiran a unificar sus interfaces. Usar Facebook o Twitter en el navegador de casa debe ser lo más parecido a hacerlo en el teléfono o la tableta. Cambian los formatos y algunos comportamientos, pero no cambia la experiencia de uso.
Esta convergencia demuestra que el navegador ya no es un visor de información, una ventana en la que cargar hipertexto, sino un pequeño sistema operativo dentro de otro sistema operativo. Las páginas que usamos a diario parecen aplicaciones porque lo son: ya no hay diferencias con las apps que usamos en el móvil.
Ahora bien, conjugar la unificación de interfaces con la usabilidad y la búsqueda de la belleza no es trivial. Twitter parece haber tomado decisiones acertadas, pero debe tener muchísimo cuidado con la forma en que renueva su aspecto: un paso en falso y decenas de millones de «espejos sociales» se romperán.
[Fuente: softtonic.com]