Ubicado en el corazón de Palermo, el zoológico de Buenos Aires de 18 hectáreas funcionó por 142 años. El parque fue una de las atracciones de la ciudad por décadas, algo que con el indeleble paso del tiempo cambió. Fuente.
El gobierno de Argentina anunció la revocación de la concesión privada, paso previo para su cierre y reconversión a un ecoparque interactivo de educación ambiental, con apoyo de soportes tecnológicos.
Horario Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno y quien anunció el cambio, dijo: “El Zoo no da para más. Estamos convencidos de que la transformación en un ecoparque es el paso correcto, en sintonía con decisiones similares que se toman en otras grandes ciudades del mundo. Ahora será un complejo interactivo que promoverá la educación ambiental”.
De los dos mil animales que alberga, 1.500 serán reubicados en reservas naturales y santuarios de todo el país; desde elefantes y rinocerontes hasta serpientes. Una vez que los ejemplares san censados y sometidos a un chequeo de su estado de salud, se decidirá su nuevo hogar. Solo los más viejos van a permanecer, pero no serán exhibidos al público.
El cierre del zoológico era una petición que organizaciones pro animales hacían hace años. El año pasado fue uno especialmente complejo: murieron una cría de jirafa, dos lobos marinos y una mara. Y pese a que las acciones judiciales que se presentaron por maltrato animal fueron muchas, pocas prosperaron y tuvieron resultado.
“Un zoológico transmite un mensaje perverso, sobre todo porque apunta a un público infantil al que le decimos que encerrar a un ser vivo para nuestro ocio es válido”, dijo Gerardo Biglia, abogado de la ONG SinZoo. “Lo más importante es romper con el modelo de cautiverio y de exhibición”, añadió.