El otro día oí una discusión entre dos cocineros amigos míos. Cada uno se preciaba de haber inventado una especie de caldo afrodisíaco. En el mismo sentido, visité, hace casi un año, un gastrobar margariteño donde se jactaban de haber creado el vuelve a la vida, el rompe-colchón y otros cocteles similares. Hace unos meses hablaba con un cocinero que me aseguraba que el coctel afrodisíaco singa parao, o “viagra natural”, que le devuelve la virilidad perdida al más desahuciado, había sido inventado en los bares nocturnos y restaurantes de Cumaná.
Cada quien intenta llevar el agua hacia su propio molino, en la larga carrera de invenciones, donde lo más probable es que los inventores sean anónimos, y que los inventos hayan ocurrido al mismo o en diferentes tiempos y en varios sitios distintos, sin relación alguna entre sí. La preocupación por levantar lo que naturalmente decae es una constante en la historia de la humanidad, donde la mayor parte de las acciones de los hombres son estimuladas por la competencia sexual.
Lo digo, porque algunos amigos peruanos me han ponderado mucho la belleza singular de Iquitos, la ciudad más poblada de la Amazonía peruana, capital del Departamento de Loreto, un lugar con un emplazamiento estratégico cerca de la frontera con varios países. Iquitos es una ciudad que no tiene acceso por tierra, sino sólo por vía aérea o fluvial.
Allí, en Iquitos, hay varios mercados populares, como el mercado de Belén o el de Bellavista-Nanay. En esos mercados hay comederos populares, donde se pueden degustar platos típicos de la región como el timbuche, la patarashca y el puchucuy. Si uno se atreve, puede probar también algunos tragos exóticos de la zona, como, lean bien, el rompe-calzones, el siete raíces y el siete veces sin sacar, que alude a la extraordinaria potencia viril inducida por ese “filtro de amor”, que resulta parecido en su composición al singa parao o al rompe-colchón orientales, mencionados en nuestras conversaciones “culinarias”, y en los que, por lo general, entran pescados de agua dulce y ajíes.
También hay en Iquitos, como en cualquier otra ciudad amazónica venezolana, brasileña, colombiana o ecuatoriana, populares salsas y bebidas con ingredientes que siempre incluyen ajíes, mañoco derivado de la yuca y los bachacos u hormigas “culonas”, que tienen mucha reputación como afrodisíacos. Allí, como en todo escenario donde se produce la interacción social, la competencia sexual ocupa un lugar de primerísima importancia en las cosas de la vida.
Fuente: [cocinayvino.com]