TLC con Colombia por @williancontigo

Los acuerdos arancelarios que acaba de firmar el gobierno de Hugo con el gobierno de Santos que dejan libre de todo arancel a una importante cantidad de productos son equivalentes a la firma de un Tratado de Libre Comercio con Colombia, que dada la situación de postración y contracción del aparato productivo venezolano sin lugar a dudas beneficiarán sustancialmente a los productores del vecino país.

Como es costumbre en esta administración, no se consultó a ninguna de las cámaras que agrupa a los empresarios venezolanos que realizan intercambio comercial con Colombia y como es sabido la poca profesionalización de nuestros negociadores y su absoluto desprecio a la capacidad de emprendimiento del sector privado en nuestro país, nos hace presumir lo que sucederá con este TLC que se ha firmado de espaldas al país y bajo el absoluto silencio de los Diputados nacionales.

Difícilmente los empresarios venezolanos puedan competir con el pujante aparato productivo de Colombia cuya inflación no supera un dígito, mientras que los locales tendrán el terrible encarecimiento que años tras años afecta esencialmente la estructura de costos alcanzando el nefasto récord de tener la inflación más alta del mundo. Sólo para citar una de las desigualdades que privilegia al aparato productivo colombiano desmejorando al nuestro, uno de los argumentos de los sectores progresistas que se han enfrentado a los Tratados de Libre Comercio que impulsa el imperio mismo es precisamente la pérdida de empleos y la contracción económica que se genera en aquellos países donde el avance tecnológico y la competitividad son escasos.

Es asombroso ver como estos neo socialistas asumen un doble discurso que raya en lo vergonzoso! La base fundamental en los TLC es la eliminación de las fronteras arancelarias dejando desprotegidos a aquellos sectores que no pueden competir con la estructura de costos de los que tienen tradición exportadora; los países que buscan expandir sus aparatos productivos mantienen protecciones arancelarias con el fin de resguardar sectores importantes para su desarrollo, EEUU por ejemplo, protege su aparato agroindustrial, siendo incluso uno de los sectores mas subsidiados en la cuna del libre mercado y del capitalismo salvaje.

Esta administración roja rojita desconoce el carácter de reciprocidad que deben tener los convenios y tratados internacionales. Al comienzo de esta década la balanza comercial entre Colombia y Venezuela estaba equiparada, hoy en día es de aproximadamente de 7 mil millones de dólares con apenas 3000 para la economía local, esa es la diferencia de una política económica errada, de un gobierno que no cree en el emprendimiento privado local, que lo ataca con expropiaciones sistemáticas y más recientemente con la Ley de Costos y Precios Justos, pero que le encanta generar jugosas ganancias a los empresarios de otros países, como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Nicaragua, entre otros, generando riquezas y empleos en esos países y aquí desabastecimiento y desempleo.

Recordemos la salida abrupta de nuestro país de la Comunidad Andina de Naciones, el argumento esgrimido por el líder único fue que Colombia estaba por firmar un TLC con el imperio mismo, hoy resulta que ese proceso está casi culminado por el intenso lobby del gobierno de Santos en el Congreso Norteamericano, dejando al descubierto la tremenda improvisación con la que se tomó esa decisión incoherente que en nada ha beneficiado a nuestro país. Hoy de espaldas a nuestros interese, se firma un TLC con Colombia que borra las fronteras arancelarias para más de cuatro mil productos y sin los controles y las sanciones que establecía la CAN para evitar la tercerización y el reetiquetado y sin consultar ni proteger al emprendimiento local ni al Parlamento arrodillado.