El temor de muchas personas al pasar los 40 años es, precisamente, perder el empleo, ya que en la conciencia popular está instaurada la creencia de que es casi imposible conseguir trabajo luego de haber pasado las primeras 4 décadas de vida. Fuente.
Y es que a pesar de que las empresas buscan gente con experiencia, a menudo quiere que esta experiencia venga de la mano con la juventud, principalmente porque las compañías asumen que las personas mayores no son flexibles, no se adaptan con facilidad a un nuevo puesto de trabajo, exigen salarios más elevados que los jóvenes, y, en muchas oportunidades, piensan que no poseen los conocimientos necesarios, especialmente en el área de la tecnología.
Sin embargo, existen muchos que logran ver más allá de la barrera de la edad, y se llevan gratas sorpresas al contratar personas de mayor edad, ya que estas no sólo aportan madurez, estabilidad y sabiduría, sino que al contrario, resultan ser realmente flexibles en muchos aspectos y acostumbran a estudiar para compensar sus deficiencias.
Gracias a esto, existen diferentes casos y testimonios de éxito, de la mano de personas que han logrado encontrar trabajo después de los 40, y aquí están dos de ellos:
Manuel: la disciplina y la perseverancia rinden frutos
Este hombre tenía más de 50 años cuando entró al mundo del desempleo, previamente había sido jefe y mozo de almacén, operario de logística entre otras cosas, pero sus conocimientos no estaban actualizados.
Esto perjudicaba su perfil, ya que precisamente una de las razones por las que no contratan a las personas de edad avanzada es la falta de conocimientos técnicos actuales, así como informáticos y/o de idiomas. Pero eso no detuvo a Manuel, sino al contrario, empezó a buscar incansablemente por internet para conseguir los recursos que necesitaba para mejorar su currículo.
Por ejemplo, ha buscado cursos y aprendido sobre los Sistemas, Aplicaciones y Productos para Procesamiento de Datos (SAP) a través de la web, también aprendió sobre herramientas de gestión y marca personal, entre otras cosas, demostrando que él estaba en capacidad de adaptarse y aprender de forma fácil.
Durante dos años no encontró trabajo, se le había acabado el paro y cobraba el subsidio, mientras –paradójicamente- pocas personas han existido que sean tan disciplinadas, organizadas y perseverantes en la búsqueda de empleo. Y sin importarle su situación económica, él prefería seguir trabajando en aquello que sabía hacer bien, y eso lo hacía sentirse muy orgulloso de él mismo.
Seguía intentándolo incansablemente, sin obtener ni una entrevista, luego de realizar un curso para encontrar empleo, y mientras veía que sus compañeros conseguían empleos y entrevistas, él seguía deseándoles lo mejor, mientras esperaba su gran oportunidad, ese momento en el que finalmente consiguiera empleo.
Aplicaba en muchas ofertas de empleo que coincidían con su perfil, pero no conseguía empleo, aún mientras aplicaba todos los conocimientos que tenía sobre cómo encontrar trabajo después de los 40 y dominar una entrevista, se llegó a suponer que la mala suerte le impedía conseguir trabajo, pero bien es sabido que la suerte es la excusa de los perdedores, y Manuel, con toda la paciencia del mundo, sabía que iba a salir victorioso.
Él siempre afirmaba con la frase “Llegará” que conseguiría empleo, y se mantenía positivo y firme en su búsqueda, y un año más tarde o consiguió: su primer contrato por 6 meses luego de una larga espera. Es seguro que ha seguido trabajando desde entonces, porque ha hecho los méritos para ello sin dejar que la edad sea un factor de preocupación.
Su caso es un ejemplo de cómo la perseverancia, la disciplina y la organización rinden sus frutos al momento de la búsqueda de un empleo, sin dejar que la edad o los años desempleados afecten realmente.
Así mismo, el demuestra cómo es importante mantener los conocimientos al día, y que el asesoramiento resulta altamente beneficioso para encontrar las mejores técnicas para conseguir empleo.
Laura: retomar el trabajo y encontrar trabajo después de los 40 es posible
Laura tenía 48 años cuando empezó a buscar empleo luego de 8 años desempleada, ya que la empresa para la que laboraba anteriormente había cerrado; ella solía trabajar en el área administrativa, pero a la vieja escuela.
Cuando dejó de trabajar, se dedicó a cuidar a sus padres, quienes estaban ya mayores y enfermos. Una vez que fallecieron necesitaba buscar empleo, porque su situación familiar estaba atravesando una mala racha ya que su marido también se había quedado en el paro dos años atrás (solía trabajar como autónomo), y sobrevivían con un subsidio como podían; fue allí cuando decidió buscar orientación y coaching personal.
Con todo lo que había tenido que atravesar en un período relativamente corto de tiempo, Laura no era muy expresiva o con mucha energía, pero tenía constancia porque deseaba (y tenía que) conseguir empleo. Cada día su situación empeoraba: sus deudas aumentaban, la comida escaseaba y la crisis la había colocado en una posición en la que era difícil conseguir empleo desde su punto de vista.
Como objetivo laboral tenía que deseaba continuar siendo administrativa, pero sabía que no poseía un buen nivel informático ni de idiomas actualizados, y por ello afirmaba que podría trabajar de cualquier cosa.
Cuando buscó la asesoría le explicaron que era mejor definir como máximo 3 objetivos laborales, para poder crear un perfil más especializado para su currículo, y así poderlo presentar mejor en los canales de búsqueda de empleo.
Así que Laura decidió buscar trabajo en las áreas de recepcionista-telefonista, dependienta de tienda y administrativa. Empezó por los portales de empleo, redactó diferentes currículums y cartas de presentación. Cada día que pasaba buscaba trabajo, y a pesar de no tener internet, iba accediendo a través de la casa de sus amigos o centros públicos de conexión a internet.
Para poder ser más contratable tuvo que modificar el currículo, ya que no podía demostrar esos 8 años de inactividad realmente, entonces vio que mientras que su marido fue autónomo, ella lo había apoyado en las tareas de administración y de gestión, con lo que ese tiempo en el paro se redujo notablemente.
Un mes más tarde consiguió su primera entrevista gracias a haberse mantenido firme y constante en su búsqueda, ya que no se centraba en las ofertas de trabajo donde había sido rechazada, sino que seguía adelante.
Durante la entrevista llevó los documentos que corroboraban que había realizado gestiones administrativas para su marido, comentando todo lo que había hecho mientras él mantuvo su trabajo.
Unos días después fue llamada por los entrevistadores, para trabajar temporalmente durante un mes, y a los meses de finalizar ese contrato la volvieron a contactar de la misma compañía, sólo que esta vez era de forma indefinida.
Un ejemplo a seguir
Como se puede ver, la constancia y no perder de vista el objetivo hacen que conseguir trabajo, sin importar la edad, sea algo relativamente sencillo a pesar del esfuerzo que lleva, pero no es, bajo ninguna circunstancia, algo imposible de conseguir.