A cualquier pareja le puede ocurrir que un buen día uno de los dos se dé cuenta que está desenamorado. Sí, que ya no quiere a la persona con la que comparte un proyecto de vida, con la que se había comprometido o con la que había decidido con toda firmeza y certeza que fuera el compañero/a para el resto de la vida. A veces se deja de amar.
Es un episodio muy doloroso en la vida tanto para el que lo siente y, por honestidad, lo tiene que comunicar a su pareja, como para la pareja que recibe esa noticia lamentable y probablemente inesperada.
No es tan fácil decir «ya no te quiero». Antes debe haber existido una reflexión calmada. Una meditación que ha llevado a esa persona darse cuenta de que la relación se vive con cierta angustia; que los valores, proyectos y metas no son compartidos; que existe cierta sensación de saturación… Desde luego, nunca es buen momento para hacérselo llegar al otro, pero se trata de ser responsable y honesto en lo que empezó como una relación feliz y con quien se ha querido.
¿Qué actitud mantener?
A la hora de comunicar tan dolorosa noticia «es muy importante mantener una actitud sincera, firme y de escucha activa. Tratando de que la conversación se realice cara a cara y sin rodeos. Eso denota respeto hacia ambas partes», aconseja María Beatriz Pereira, psicóloga clínica de adultos de Isep Clínic Barcelona.
Tres son los ingredientes que no deben faltar en esa conversación que no deja de ser una triste sorpresa para el otro miembro de la pareja. Mila Cahue, piscóloga de pareja del Centro de Psicología Álava Reyes, los enumera: «El primero, convencimiento, para transmitir seguridad y reflexión en lo que se está diciendo. El segundo, empatía para saber ponerse en el lugar de la otra persona que está recibiendo una noticia desagradable. Y el tercero, escuchar sin personalizar todo lo que se pueda oír».
No hay que caer ante los posibles reproches o críticas que plantee la pareja al conocer la noticia. «Hay que dejar que hable y escucharle, pero manteniendo la decisión tomada», dice Pereira. No se debe entrar en contestar ni defenderse de ninguno de esos reproches, en cierto modo hasta hay que comprenderlos con cierta humildad.
Si el otro miembro de la pareja no acepta la situación, es imprescindible mantener la decisión inicial, sin caer en chantajes emocionales o en dar una última oportunidad. Por eso, es tan importante meditar muy bien la decisión.
¿Qué lenguaje utilizar?
Un tono de voz firme y la postura erguida ayudan a transmitir el mensaje y hacen entender al otro miembro de la pareja que no hay esperanzas. «Es necesario ser honesto con el otro, amable y comprensivo —explica la psicóloga Pereira—.Por tanto, la decisión se debe dar de manera clara y precisa, omitiendo los detalles que no aportan nada».
Mila Cahue aconseja aplicar las tres reglas de la comunicación: decribir lo que ocurre con los sentimientos; decir lo que uno piensa y siente de forma amable y expresa sus deseos. Además, considera que no es recomendable prolongar mucho la conversación y las dos, tres o cuatro horas que llevan este tipo de mensajes aplazarlas para otro momento en el que ambos estén más calmados. «Un par de días después se puede retomar la conversación, mejor por la mañana para que no haya prisas y durante un fin de semana». recomienda. Cahue no recomienda las cenas porque hay menos tiempo y ambos están más cansados. Tampoco dos conversaciones sobre el mismo asunto.
¿Cómo enviar el mensaje?
No ofrecer comentarios con esperanzas, sino neutros («no te quiero como pareja pero el camino recorrido contigo ha enriquecido mi vida en muchos aspectos»). Según Beatriz Pereira, «no hay que sacar clichés del tipo «no eres tú, soy yo». Tampoco echarle la culpa al otro ni herirlo con insultos».
¿Se puede ser amigos tras la ruptura?
Ambas psicólogas coinciden: se puede ser amigo de la ex pareja con el paso del tiempo, pero no de forma inmediata tras la ruptura. Cada uno debe realizar su duelo por separado. Debe ser una decisión compartida por los dos.
Hay que entender que quien recibe la desagradable noticia todavía puede sentirse pareja «y no ha templado sus sentimientos hasta que esté en la distancia que requiere la amistad», explica Cahue.
¿Cuándo es momento de solucionar asuntos compartidos?
La custodia de los hijos, quién se queda con la casa o con el coche… son cuestiones importantísimas en la pareja que acaba de romper. Sin duda, en el momento de la conversación para decir al otro que no se le quiere no conviene entrar en estos asuntos. Sin embargo, por cuestinoes legales, emocionales y morales con los hijos hay que ponerse en marcha cuanto antes para resolverlo. «Lo mejor es resolverlo de mutuo acuerdo», aconseja Beatriz Pereira.
«Y por partes —dice Mila Cahue—. Primero, la situación real de la pareja: en este caso, que ha dejado de existir como tal. Cuando se haya podido asumir, entonces se hablará de cada paso en su momento, pero no todos a la vez».
[Fuente: abc.es]