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Cada cierto tiempo un estudio científico nos confirma los múltiples beneficios de comer fruta. Esta vez son las llamadas frutas del bosque, como fresas, arándanos, grosellas o cerezas, las que se han mostrado muy eficaces para mantener la agudeza mental y reducir la pérdida de memoria.
Los estudios han demostrado que las capacidades cerebrales que incluyen el razonamiento, la memoria y la comprensión, comienzan a deteriorarse desde los 45 años.
Aunque trabajos previos ya habían demostrado como estos alimentos pueden ofrecer muchos beneficios para la salud, una investigación del Brigham and Women’s Hospital de Boston (Estados Unidos) ha analizado de forma detallada y extensa esta vinculación.
Los resultados han mostrado como estos alimentos, ricos en antiinflamatorios y antioxidantes, pueden retrasar hasta 2,5 años el deterioro cognitivo propio del envejecimiento.
El estudio –que se publica en la revista Annals of Neurology– involucró a más de 121.000 mujeres de entre 30 y 55 años. Desde 1976 y hasta 2011 se sometieron a varios cuestionarios para responder a preguntas sobre su salud y estilo de vida.
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Los resultados mostraron que las mujeres que comían niveles altos de frutas del bosque, en particular fresas y arándanos azules, tuvieron una pérdida de memoria más lenta –un retraso de 2,5 años de media– en comparación con quienes no los comían.
Este efecto podría deberse al papel que juegan los flavonoides, unos compuestos que se encuentran de forma natural en los vegetales y tienen poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
En este sentido, se cree, por ejemplo, que estas sustancias son capaces de prevenir la oxidación, una reacción química que puede dañar o matar a las células.
EP