La teoría del caos se entiende como los sistemas dinámicos sensibles a las variaciones con respecto a sus condiciones primarias o iniciales. El estudio del caos se ha extendido a áreas científicas como las matemáticas, la física, la química, y sencillamente describe cómo pequeñas alteraciones en un determinado proceso puede implicar diferencias en el comportamiento futuro o en sus resultados, generando así el estado del caos.
Muchas de nuestras instituciones, organizaciones y ciencias son caóticas, desde la predicción meteorológica hasta la bolsa de valores de cualquier país pueden definirse como procedimientos o ambientes que son sensibles a cambios constantes que modifican las predicciones que se pueden hacer de su movilidad y su fin.
El efecto mariposa, proverbio chino que asegura que: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" o que "el aleteo de las alas de una mariposa puede causar un tsunami al otro lado del mundo", simplifica el hecho del caos, debido a que un detalle, inconveniente, o hecho no previsto, puede representar una ligera alteración desatando consigo una serie de respuestas que modificarían permanente y constantemente un proceso determinado.
En las comunicaciones hablamos de la planificación por escenarios, disertamos sobre la crisis organizacional, creemos en la necesidad de estructurar un manual que posee las herramientas para la estructurar un mensaje y una respuesta "adecuada" para los momentos de tensión o extraordinarios, de allí que soy de la opinión que la teoría del caos se aplica en la ciencia de la comunicación y debe ser estudiada con mayor precisión por las diversas escuelas y universidades.
La vida pública, el periodismo, las comunicaciones institucionales según mi humilde criterio son entes caóticos debido a su alto nivel de variaciones constantes, por ejemplo la Opinión Pública puede seguir un camino “lineal” o “fijo”, pero cualquier hecho por minúsculo que sea puede alterar su movilidad causando una distorsión del criterio inicial, por ende, en las campañas electorales no quien empieza ganando las encuestas termina siendo el vencedor de las elecciones.
Cuando estructuramos un plan de comunicación sea organizacional, institucional o política, tenemos que tener presente que el suelo que pisaremos es débil, está construido encima de barro, con esto trato de referirme a las constantes variaciones que sufriremos, si aplicamos la teoría del caos que asevera que sí lanzamos una hoja al río llegará hasta un punto “X” en tal posición, pero cuando lo volvemos a intentar pequeñas alteraciones en la brisa, intensidad de la corriente, etc, la llevarán hacia otro punto, de esta misma forma se generan cambios en las comunicaciones.
No todos los planes comunicacionales poseen los mismos resultados, las variaciones del público (emotivas o racionales), los factores incontrolables, el ambiente interno o externo, los grupos sociales, todos o algunos de ellos pueden tener reacciones distintas en determinados momentos que alterarán el fin último de la estrategia de imagen.
Un poema británico describe la teoría del caos en su máxima expresión:
"Por un clavo se perdió la herradura
Por una herradura se perdió el caballo
Por un caballo se perdió el jinete
Por un jinete se perdió la batalla
Por una batalla se perdió el reino".
En resumidas cuentas podemos afirmar que por un clavo se perdió el reino. Esto es Teoría del Caos.
Por José Dionisio Solórzano /@jdsolorzano