Steve Jobs y Bill Gates, muy parecidos pero muy distintos

Es indudable que si uno piensa en el mundo actual y la tecnología que lo rige, dos nombres aparecen inmediatamente: el de Steve Jobs y el de Bill Gates. Dos hombres que desde sus compañías innovaron el acceso a la tecnología.

El camino que ambos transitaron hasta llegar a dominar el mercado tecnológico estuvo marcado por algunas similitudes y varias diferencias. Los dos nacieron en el mismo año, en 1955, pero las circunstancias de su llegada al mundo fueron disímiles.

Jobs nació el 24 de febrero en San Francisco. Sus padres, Joanne Carole Schieble y Abdulfattah Jandali, lo entregaron en adopción a una pareja de clase media, Paul y Clara Jobs. La familia vivía humildemente, con los ingresos del hombre, que trabajaba de maquinista, según infobae.com.

Gates, en tanto, nació en cuna de oro, en Seatle, el 28 de octubre. Sus estudios los realizó en una escuela privada de élite de Lakeside. Allí tuvo acceso a una computadora en 1968 y comenzó a aficionarse por la informática.

Para la misma época, el cofundador de Apple comenzó a interesarse por la electrónica. Se unió a un club llamado Hewlett-Packard Explorer Club, donde los especialistas de esa empresa mostraban a los niños sus productos. En una de esas charlas, a sus 12 años, vio por vez primera una computadora.

Su curiosidad e iniciativa le valieron que el propio presidente de la firma, William Hewlett, le ofreciera realizar prácticas de verano en la empresa.

Jobs y Gates ingresaron en la universidad y la abandonaron. El primero estudió en Reed College de Portland, en Oregón; el otro en Harvard. El genio de Apple sólo asistió seis meses y debió abandonar por los altos costos, pero concurrió como oyente por 18 meses.

El cerebro de Microsoft también dejó sus estudios, pero para dedicarse a su compañía. La había fundado el 4 de abril de 1975, a los 20 años, y un año después cedió el lenguaje para computadoras Basic a Altair.

Cuando eso sucedía, en Albuquerque, en un garaje de California, Jobs, de 21 años, fundaba Apple junto a su amigo de la adolescencia Steve Wozniak.

Mientras, la firma de la manzana iniciaba el desarrollo de Macintosh, Gates -que había consolidado su empresa con ventas a IBM– visitó Apple, interesado por su ordenador Lisa. Como amenzaba su mercado, emprendió la alianza entre las dos empresas. Se quedó con la tecnología del entorno gráfico y del mouse. Poco después, lanzó Microsoft Windows, directo competidor de Macintosh.

De allí en adelante, el cerebro de Microsoft continuó trabajando en el perfeccionamiento y diversificación de los sistemas operativos.

La historia de Jobs, en cambio, fue más complicada. Las tensiones con la cúpula directiva de la empresa le valieron un despido en 1985. Volvió una década después y su nueva etapa estuvo marcada por la diversidad de productos creados, la mayoría de ellos exitosos.

A la Mac, le sumó el revolucionario iPod en 2001. Siguiendo en la industria musical -a la cual transformó radicalmente-, dos años después lanzó la tienda online de música de iTunes, que hasta 2010 llevaba vendidos más de 10 mil millones de canciones.

Luego le siguieron los desarrollos del iPhone y la creación de la tablet. Su iPad domina el mercado de ese tipo de dispositivo a pesar de que otras empresas sacaron a mercado sus productos.

Gates y Jobs crearon reinos tecnológicos, rentables e innovadores. Pero ambos abandonaron sus propias compañías. El primero lo hizo para dedicarse a la filantropía, en 2006. El segundo, agobiado por su cáncer, el 24 de agosto pasado.

El destino de sus fortunas es, habitualmente, el punto más comparado por los analistas. El dinero del ex CEO de Apple asciende a 7 mil millones de dólares (puesto 39 entre los más ricos de los Estados Unidos) mientras que el de Microsoft amasó la cifra de 56 mil millones de dólares, que lo convirtió en el segundo hombre más rico del mundo.

Gates es reconocido mundialmente por sus campañas solidarias. Junto a su esposa dirige la Fundación Bill y Melinda Gates, y junto al magnate Warren Buffet creó un club de millonarios filántropos.

Según el diario The New York Times, Jobs jamás hizo donaciones a asociaciones. De hecho, se negó a ingresar al grupo mencionado y a su regreso a Apple canceló todos los programas caritativos de la empresa, argumentando que ésta debía volver a ser rentable. Decisión que aún hoy se mantiene.

Sin embargo, el cantante Bono, líder del grupo U2, dijo que su contribución a la lucha contra el sida era "inestimable". Según él, "Apple fue el contribuyente más importante del Fondo Global de Lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, al donar decenas de millones de dólares".