Mientras que todo el mundo está despertando e investigando los beneficios de comer alimentos orgánicos, esta mujer de 21 años de edad, Kerry Trebilcock está haciendo todo lo contrario. En realidad, lo que come no es ni siquiera comida. Esta niña es adicta a comer jabón y esponjas. Hasta el momento, ha consumido 4.000 esponjas de lavar y más de 100 pastillas de jabón.
No es cosa de risa, Kerry está sufriendo de una extraña condición llamada “Pica”, que le hace desear cosas que no tienen nada que ver con la comida. Las personas con “Pica” son conocidos por comer una variedad de cosas que van desde metal hasta arena, e incluso tiza, carbón, lámparas y muebles. Durante mucho tiempo, la dieta de Kerry consistió en esponjas mojadas en té o chocolate caliente, o aderezadas con mostaza y salsa de barbacoa. Ella nunca sale de casa sin un refrigerio – una pequeña bolsa de plástico con esponjas cortadas y salsa en un Tupperware.
Pero Kerry no siempre fue así, ella comía con normalidad hasta el año 2008. Fue durante unas vacaciones en Marruecos, que ella cogió una infección por anquilostomas (una especie de parasito) en los intestinos. Las cosas no han sido iguales desde entonces, y sus hábitos alimenticios empeoraron constantemente. Al principio, sólo se antoja la comida chatarra, pero pronto eso no era suficiente para satisfacer su deseo. Incluso después de una doble ración de lasaña y un pote de helado, ella todavía tenía hambre. Un buen día, ella tomo una esponja para lavar los platos y sintió unas ganas tremendas de comérsela. Cuando ella se la comió de un trago con la ayuda de un poco de agua, el hambre se había ido finalmente.
Tan satisfecha se sintió después de comer como aterrorizada de lo que estaba pasando con ella. "Yo sabía que algo estaba muy mal conmigo, pero no quería decirle a nadie como me sentía, como un bicho raro", dijo Kerry. En 2009, finalmente se lleno de coraje para confiar lo que le pasaba a un amigo y ver a un médico. Fue entonces cuando le diagnosticaron Pica, y le dijeron que su sistema digestivo podía verse seriamente dañado. Afortunadamente, Kerry tiene alguna esperanza de recuperación y se ha puesto en un programa de asesoramiento y un tratamiento con vitaminas. Ahora, ella ha sido capaz de reducir a una porción pequeña de esponja y tres cucharaditas de jabón orgánico, junto con cada comida. "Un día voy a vencer esto y ser capaz de darme una ducha o lavar, sin sentir hambre", dice ella. ¡Desde luego que espero hacerlo!.