¿Recuerdas la cinta Me enamoré de un maniquí (1987)? Cuenta la historia de un chico que se enamora de uno de estos muñecos que de repente cobra vida y le corresponde. Fantasía total, pero que con los avances de la tecnología hasta pareciera que se puede volver realidad.
Y es que resulta que ha salido al mercado lo más nuevo en marketing: maniquís que espían a los posibles compradores. Son armazones inteligentes.
Fueron creados para captar y analizar las reacciones de las personas que pasan por los aparadores de los comercios, y así ellos tener información y realizar estrategias para ventas. Su forma de funcionar es con una cámara instalada en los ojos que tiene un sistema de reconocimiento especial, con lo que identifica sexo, edad y raza, así como otros datos de dichas personas.
Los maniquís, creados con materiales biodegradables, no son diferentes de los comunes, pues su aspecto es similar, de plástico y con una cara inexpresiva. Sin embargo, uno de los objetivos es ampliar las posibilidades de los Eye See para dar respuestas mucho más claras a las compañías de ventas; para empezar, se está pensando hacerlos capaces de grabar las conversaciones de los personajes que pasen por ahí.
La noticia ya ha causado molestia; incluso, hay gente que ha expresado su inconformidad pues consideran que violan el derecho de privacidad de los clientes o posibles clientes, e incluso de los curiosos.
La empresa encargada de sacar al mercado este producto es la italiana Almax y Kee Square, vinculada con la Universidad de Milán, quienes ya informaron que grandes comercios que se encuentran en la Unión Europa y América ya utilizan el Eye See Mannequin, sin especificar cuáles son estas compañías, que tienen en común ser de lujo.
No obstante, sí hacen énfasis en que no se afecta la privacidad; según Fabio Mazza, director de Kee Square, estos maniquís funcionan con un sistema «con un total respeto a la privacidad» pues procesa la información sin la necesidad de una computadora, debido a la mezcla de software y hardware que presenta. Con esto, Mazza quiere decir que el dispositivo no enviaría nada de lo registrado, ni dejaría datos sobre los rostros de los individuos.