Solo 20 países en el mundo cuentan con servicios de cuidados paliativos integrados en el sistema de atención sanitaria. Pese a que España no se encuentra entre ellos, figura entre las naciones que más ha avanzado en la incorporación de estas unidades al Sistema Nacional de Salud en los últimos años. De hecho, está entre los primeros de Europa en cuanto a número de recursos, por encima incluso de Francia, Italia o Portugal.
Así lo refleja el informe «Situación actual en cuidados paliativos» de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con motivo de la celebración este miércoles del Día Mundial contra el Cáncer.
Pese al avance alcanzado, el 50 por ciento de los pacientes terminales en España no tienen acceso a este servicio. La causa principal de este déficit en la atención se debe a la disparidad de recursos entre las distintas comunidades autónomas. De las 458 unidades de cuidados paliativos existentes en la actualidad, 167 se concentran en Cataluña. Andalucía, Valencia y Madrid, por el contrario, son las comunidades con un mayor déficit de unidades de atención a enfermos terminales de acuerdo a su población.
En total, el sistema sanitario debería incorporar en todo el territorio nacional 200 unidades más de atención a enfermos terminales para garantizar un servicio equitativo y de calidad. Esta medida supondría un coste al menos en recursos humanos de 28,1 millones de euros, según este estudio.
Entre los puntos débiles del sistema, el informe señala las deficiencias en los recursos domiciliarios y en la formación profesional para «una correcta derivación y tratamiento del paciente fuera del hospital». La atención a enfermos en el final de la vida supone entre el 20 y el 25 por ciento del gasto sanitario, siendo los ingresos hospitalarios el gasto más elevado. Según el estudio, la reducción en los días de hospitalización, una mayor atención domiciliaria y menor uso del servicio de urgencias supondría un ahorro del 61 por ciento de los costes para el Sistema Nacional de Salud.
Retraso en las derivaciones
Además de la inequidad en la distribución de los recursos y la falta de unidades específicas, el informe también echa en falta la existencia de «un circuito clínico de intervención específico para aquellos pacientes de cuidados paliativos que, por lo general, encuentran dificultades para acceder a la atención más adecuada y que en la mayoría de las ocasiones la derivación al especialista de cuidados paliativos se efectúa con retraso».
En esta misma línea, el estudio además critica la disparidad de objetivos y líneas de acción de los distintos planes autonómicos sobre cuidados paliativos pese a existir una Estrategia Nacional. Incluso algunas comunidades autónomas como Canarias o La Rioja no cuentan con ningún plan, mientras que en otras, como Castilla y León y Castilla La Mancha aún están en proceso de aprobación.
Fuente [Abc.es]