"Serán argunos", por @glimargica - Lea Noticias

«Serán argunos», por @glimargica

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gliceria-gilSi te pierdes en algún lugar del mapa, no sabes por dónde andas pero te encuentras a un carajo vestido con su sombrero de cogollo, alpargatas, un piazo’ e franela, la botella y un juego de barajas debajo del brazo y un cuatro en las manos entonando una canción, enseguida piensas “estoy en Oriente”.

Claro mijo, no ves que no hay nadie que improvise mejor una décima, o cante un galerón o un golpe y estribillo como el oriental. Precisamente porque desde que nace lo primero que hace es rasguñar el “cambur pintón” con su cuatrico.

El oriental es confianzúo, parrandero, sancochero, jugador de truco, quiero y retruco, tan bebedor que antes cuando pasaban las cuñas de bebidas alcohólicas en el cine se ponía de pie y aplaudía.

Ese muérgano no deja sus costumbres así se haya graduado en la UCV, la ULA, la LUZ o en el Pedagógico de Caracas.

A este pendejo le gusta mucho jurar ¨por mamaíta querida¨, aunque la pobre esté a muchos metros bajo tierra. Ah, pero eso sí, quiere a su familia “más que el carajo”.

El que más familia tiene en este mundo de Dios es el oriental. ¿Tú no te has dado cuenta que a cualquiera le dice “aa primo” o “primo hermanoo” así lo esté acabando de conocer? Igualito tiene ahijados por montón porque los que le abundan son el compay y la comay.

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Le encanta una caimanera y terminar la pea con un sancocho ya sea de gallina, pollo, gallo, pato o guineo y si el animal es robado, aunque sea de su propio corral, más sabroso le sabe.

Eso sí, el oriental es muy querendón, ama y defiende a su familia y a su chorrera de carajitos hasta con los dientes. Está siempre listo pa’ la brega y salir a partirse el lomo bien temprano. Usted puede estar seguro que nadie se muere de hambre ni de sed al lado de un oriental.

Por su hablar cantarino y cariñoso se gana a la gente a la hora de contar cuentos o echá cachos, con esa gracia tan particular que le caracteriza. Hasta se ríe de sí mismo, manito. El que lo oye pasa todo el tiempo “arremillao”, gozando un puyero con sus ocurrencias.

Como le encanta a un oriental comer pescado frito y ni se diga los frutos del mar, sobre todo rompe colchón o levanta carpa.

El oriental oye las palabras y las dice como le parecen, pero eso sí, sabe muy bien lo que significan, así como Chuíto quien nos contó de un pobre diablo que murió “discapacitado” en un accidente automovilístico.

.-“Mai Santa, ¿cómo es eso? .-Riendo dijo “que se quitó la cabeza”. .-“Sería que se decapitó”. .-Y zi zerá.

En semana santa estaba haciendo un cuajao de raya y temía sancocharla mucho porque podía quedar “písica”. Al preguntarle qué significaba ese vocablo, atónito por nuestra ignorancia dijo “que se va a quedar sin sabor”.

Mijo ¿no será insípida?” inquirimos. Muerto de la risa ripostó “ah vaina, ustedes entienden”.

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Una muchacha le preguntó ¿mira y por qué será que los orientales las palabras que llevan l las pronuncian con r?

“Serán argunos” fue su contundente respuesta.

Por: Gliceria Gil/ @Glimargica

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