La destrucción el pasado domingo por los jugadores del equipo francés de balonmano, campeones olímpicos en Londres, de un plató de televisión en el que estaban siendo entrevistados, ha generado una polémica sobre si fue un exceso en la celebración o un ajuste de cuentas por las críticas periodísticas.
"Está tomando una dimensión que me parece desmesurada", declaró el seleccionador Claude Onesta en respuesta a las críticas a la acción de sus hombres el domingo por la noche en los estudios temporales que tenía montados en Londres L’Equipe TV.
Onesta se quejó de que "se está presentando como una agresión vandálica lo que fue simplemente algo desplazado en las formas, pero que en ningún caso tenía voluntad de ser un ajuste de cuentas ni agredir la libertad de expresión de la prensa".
Recordó también que en 2008 en Pekín ya había ocurrido algo similar en los estudios que en la capital china tenían durante los Juegos Olímpicos "Canal Plus", que sufrieron serios desperfectos. El grupo "L’Equipe", que en las últimas semanas ha mantenido una relación tensa con la selección de balonmano por algunas críticas lanzadas en las páginas del diario al juego y a la estrategia de la formación antes de alzarse con la victoria final, no descarta lanzar algún tipo de acción contra los autores del desaguisado.
"Lo seguro es que hay que pagar una factura. La mesa es muy cara", precisó Benoît Pensivy en nombre de la empresa, que ha valorado el equipamiento destruido en 20.000 euros.
Antes de que los campeones olímpicos -algunos con signos de embriaguez- rompieran la mesa y el escenario delante de las cámaras, Onesta avisó a la presentadora, Gaëlle Millon, de que tenía suerte de ser mujer, y lanzar una consigna a sus jugadores.