«Esto no quiere decir, por supuesto, que a las 11 de la mañana sea la hora en la que uno es atropellado por un autobús, mordido por una serpiente, o consumido por una bola de fuego Maya. Sino que entre la gente que llega a la vejez —y muere por causas naturales— existen probabilidades sobre el momento en que morirá.
Y eso es porque la muerte por causa natural es ‘natural’ en el más amplio sentido del término. Una vez llegamos a la vejez y nos desprendemos de un ritmo vital marcado por la tecnología [como el despertador, el horario laboral] nuestro ritmo biológico toma el relevo. La genética hace que vivamos, y también orquesta nuestra muerte.»
Un curioso e interesante artículo que vincula la hora más probable de morir de forma natural con el ritmo circadiano, «ese reloj biológico que hace tictac dentro de cada uno de nosotros» al ritmo que determinan lo genes.
Otro concepto interesante, relacionado: jet lag social, «el fenómeno por el cual nuestros ritmos circadianos naturales se ven minados por el riguroso horario colectivo».