Este es el resultado de un estudio canadiense que busca dar una respuesta a una pregunta que hasta ahora no tiene solución definitiva: ¿Qué hace que un sueño se convierta en pesadilla?
Para eso, los psicólogos Geneviéve Robert y Antonio Zadra, de la Universidad de Montreal, pidieron a 572 voluntarios que anotaran todo lo que habían soñado en un lapso de dos a cinco semanas. Reunieron alrededor de mil relatos, de los cuales más de la mitad eran pesadillas o lo que se conoce como un mal sueño.
Pese a la connotación negativa con la que cargan, las pesadillas tendrían su función. «A través de esta investigación podemos afirmar que los sueños, malos sueños y pesadillas son parte del mismo proceso emocional y neurocognitivo», agrega el psicólogo canadiense. La psicología evolutiva ha descrito que soñar con situaciones complicadas o adversas puede permitir encontrar soluciones a problemas. Es como una función adaptativa que permite ir resolviendo conflictos.
El otro lado bueno es que pueden ser tratadas. Si están asociadas a estrés o a un factor traumático, basta abordar esos problemas para que disminuyan, comentan los expertos.
[Fuente: El Mercurio Chile]