Si bien este término no ha sido presentado por algún psicólogo, creo que es una correcta forma de acercarnos a una realidad que algunos amantes del rock, e inclusive del metal – y sus 379 vertientes -, podrían no admitir a la ligera.
Hablamos del poder que tienen “boy bands” como Backstreet Boys, ‘N Sync y, en muchísima menor instancia, Five, o las célebres Spice Girls y Britney Spears, para que sus clásicos de dos décadas pasadas aún suenen en la mente de sus fanáticos pasajeros, pero que también lograron sembrarse en el hemisferio musical del que, en su momento, se definía como “rockero que no escucha cosas de jeva” o que se oponía a cualquier vestigio del pop.
El género pop, además de cumplir con patrones armónicos adaptados a la tendencia del momento y cuya misión es ser comercializado al máximo, llega a las masas gracias a los medios de comunicación, se convierte en parte de lo cotidiano, alcanza a todas las clases económicas y penetra distintas sociedades. Sencillamente, es popular. Y de esta fórmula constituida por melodía pegadiza + coro + duración de unos 3 minutos y medio, nadie se escapa.
La prueba para comprobar esta aseveración es sencilla. En una fiesta o reunión coloca un tema de los artistas antes mencionados; notarás como absolutamente todos los presentes (no mayores de 40 años) cantarán el coro y, por qué no, hasta recordarán una que otra coreografía. Pero también verás que hasta ése que hace años veneraba a Korn, y aún va a un concierto de Metallica, medianamente conoce dichas canciones.
¿Hay algo malo en eso? Para nada. No hay algún punto censurable en ser amante de ciertos géneros, pero sabiendo de la existencia de otros. De tener un punto amplio de cultura musical y de que si, por la pasión de ser el alma de la fiesta o por si se prende la nostalgia del pasado, tienes una carpeta en tu iPod llamada “Pop 90’s”. Cada quien forja su identidad musical como quiere y, al final, se trata de música y está a nuestro alcance para ser consumida.
Algunos no querrán admitirlo, otros son honestos y lo aceptan – puede que con alcohol de por medio – pero lo cierto es que más rockeros de los que crees son capaces de recordar un “If you wanna be my lover, you gotta get with my friends. Make it last forever friendship never ends”. (Sí, te sonó la canción en la cabeza mientras leías eso).
[Fuente: tutupash.com]