¿Nunca te preguntaste cómo distingue la lengua los diferentes sabores? Existen mitos y realidades sobre cómo la lengua distingue lo salado de lo dulce, lo amargo y lo ácido. Sin embargo, ¿cómo se da cuenta la lengua de que una comida es muy salada? El sabor salado puede hacer de algo que podría ser delicioso algo asqueroso, o incluso peligroso para la salud.
La sal y la lengua
Investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina John Hopkins y la Universidad de California ha estado investigando cómo la lengua envía señales al cerebro de que una comida es demasiado salada, algo que en ocasiones puede implicar un riesgo para la salud, según reseñó ojocientifico.com
Aunque el sodio es necesario para hacer determinadas tareas en nuestro cuerpo, como el funcionamiento de los músculos o la interconexión de células cerebrales. Sin embargo, el exceso de sodio puede generar problemas cardíacos entre otras cosas.
Por eso, para mantener la salud, los cuerpos de todos los seres vivos están hechos para evitar aquellos alimentos demasiado salados. El cuerpo está hecho para encontrar ese equilibrio, Zhang Yali, quien dirigió este estudio, trabajó junto a Craig Montell, líder en el campo de la biología sensorial, y Jinfei Ni, un estudiante recién graduado.
Para el estudio se utilizó a la mosca de la fruta, utilizando su probóscide rizado -sensillas- que equivaldría a nuestra lengua. Son estructuras similares a los pelos que sirven de papila gustativa de la especie.
En ella vieron dos tipos de células encargadas de detectar el sabor: una atrae a las moscas al gusto salado, y otras los repele. Para realizarlo, se identificaron diferentes tipos de sensillas, al tiempo que cargaban un electrodo con agua con diferentes concentraciones de sal, y tocó con esta a cada sensilla.
Con el electrodo se identifican las señales eléctricas a la sal. Hasta un punto, la sensilla que atrae la sal respondía al aumento de las concentraciones de sal con señales más fuertes, pero luego de un punto, esas señales se redujeron a la mitad. Por el contrario, la que repele la sal tenía señales más fuertes a mayor concentración.
En condiciones de sal bajas, la sensilla que atrae era la que tenía un papel predominante, mientras que en altas concentraciones era la que repelía la que se encargaba de mandar las señales al cerebro.
Y no solo eso, para comprobarlo, llevaron a cabo la mutación de un gen que creían que estaba relacionado con este tira y afloje científico, ya que codifica una proteína específica. Al mutarlo, solo había respuesta de la sensilla que repele la sal, de forma que ante la comida con sodio la mosca se iba.
Esta proteína es un canal con un poro que permite el paso del sodio a las papilas gustativas. Siemrpe está abierta, por lo que el sodio en cualquier momento puede causar el impulso eléctrico necesario, algo que es bastante inusual.
¿Te parece interesante saber cómo se da cuenta la lengua de que una comida es muy salada? Más allá de los actuales problemas de hipertensión que nos puede causar un buen plato de papas fritas hiper saladas, los animales ya habían generado este mecanismo de defensa.