Lo de la recolección de datos, si existe alguna, en varias aplicaciones resulta crítica; por ejemplo, el ejército ruso, que ha presentado una versión modificada del sistema de Google, pero con su propio cifrado. Y una versión adelgazada del sistema estará disponible para el público a unos US $460.
Obviamente no tendrá mucho calado entre el público, donde apunta realmente es al gobierno y las altas cúpulas del ejército, donde la privacidad de los datos es primordial, así lo hacen ver con la resistencia al agua y golpes que llevará la versión gubernamental.
El sistema tiene todas las funcionalidades y capacidades de Android, pero no tiene ninguna de sus funciones secretas que envía datos de los usuarios a los headquarters de Google de manera oscura.
Aseguraba Andrei Stariskovsky, director de la unidad de producción. El principal motivo y aliciente para la creación del sistema es la precaución de los rusos, que temen que algún día la información guardada en los servidores de Google pueda escaparse de ellos y terminar en manos del gobierno americano (sic).
Y no es nuevo este temor, ya que de él han salido otros sistemas que ya están usándose en la actualidad, por ejemplo, GLONASS, el rival del GPS, básicamente creado para que los rusos pudieran guiar sus misiles sin que el gobierno americano “apagase” GPS como medida preventiva; en todo caso, GLONASS fue incluido en el iPhone para no tener que pagar el impuesto que Rusia aplica a los terminales con GS.
Obviando el hecho de que no vayan a tener suficientes clientes que tengan tanta obsesión por sus datos personales (es un proyecto casi exclusivo del departamento de defensa), hay quien lo tacha de fracaso dentro del mismo gobierno, como Ilya Ponomaryov, miembro del parlamento ruso. Pero también hay quien lo defiende, jactándose de que será un sistema infranqueable en cuanto a seguridad.