La Marina de Guerra de Rusia planea probar hasta fin de año el nuevo submarino Sarov B-90, equipado con el primer motor ruso experimental de hidrógeno, anunció la prensa rusa.
Sarov B-90 es el único submarino del ‘Proyecto 2.0120’ propulsado por hidrógeno. El nuevo aparato sumergible fue diseñado por el Bureau Central de Diseño de Ingeniería Naval Rubin y se encasilla en la categoría de ‘submarino experimental’, utilizado para monitorear nuevos sistemas de armas y sistemas de a bordo. Como se previene, este nuevo tipo de la planta motriz de hidrógeno será instalado en los nuevos submarinos rusos, de los proyectos ‘677 Lada’ y ‘Amur 1.500’, según informaron fuentes de la Defensa de Rusia.
Este submarino fue puesto en servicio en agosto de 2008, sobre la base del casco del submarino soviético Sargán, cuya construcción fue iniciada en los 1980 pero aplazada debido a problemas financieros que la Defensa rusa experimentó en los años 90. El nuevo submarino ruso Sarov B-90 estaba destinado a fines militares y a la vigilancia y actividades antiterroristas.
El nuevo submarino del proyecto ‘677 Lada’, bautizado como San Petersburgo (clasificado por la OTAN como Kilo), es desarrollado por la Defensa rusa desde los años 80. La nueva clase de la instalación energética de hidrógeno será más avanzada que unos tipos análogos desarrollados por investigadores de Alemania, según afirmaron fuentes militares rusas. Y esta nueva instalación hidrógena rusa sería una respuesta digna al ‘U-212’ y ‘U-214’ alemanes.
Como se conoce, Rusia y Alemania fueron en el siglo pasado los principales competidores en el mercado de medios submarinos de navegación no atómicos, y así se mantiene hasta el presente: los desarrolladores rusos van a la vanguardia de tecnologías ‘silenciosas como el agua’, según confirman expertos en la materia.
Según expertos militares, los investigadores rusos abrieron una nueva ventana en términos técnico-económicos al crear el nuevo proyecto con los sistemas propulsores elementos combustibles llamados comúnmente ‘baterías de hidrógeno’. Durante las labores experimentales-constructivas fueron propuestas decenas de nuevas soluciones.
Las ‘baterías de hidrógeno’ posibilitaron aumentar varias veces la autonomía de movimientos, en comparación con los acumuladores eléctricos a diesel, tradicionales de los submarinos.
Por ahora está construida solo un submarino de este proyecto ‘677 Lada’, se trata del San Petersburgo que se prueba de momento y están en serie dos aparatos sumergibles más de la misma clase, el Krondshtadt y el Sevastopol.