La guerra contra el Estado Islámico se ha cobrado la primera víctima en la Administración Obama. Cae el secretario de Defensa, Chuck Hagel, un hombre elegido por el presidente para gestionar la retirada de Afganistán, pero que se ha encontrado con una nueva guerra. Está previsto un inmediato anuncio público de Obama, en el que podría avanzar la persona que ha elegido para sustituir a Hagel. Este seguirá en su puesto hasta que la sustitución puede producirse.
El presidente estadounidense puso al republicano Chuck Hagel al frente del Pentágono, a comienzos de 2013, por su oposición a la invasión de Irak. Como senadores, Obama y Hagel habían sido aliados en sus críticas al presidente George W. Bush. Mientras Hagel, veterano de Vietnam, se ha mantenido reacio hacia soluciones militares, Obama ha cambiado de guión y sus desacuerdos han conducido a la salida del secretario de Defensa. Escogido para gestionar una retirada, según han indicado fuentes de la Casa Blanca a medios estadounidenses, Hagel no era la persona para gestionar una guerra.
Mayores diferencias habían surgido las últimas semanas, cuando la Casa Blanca está revisando la estrategia contra el Estado Islámico y está considerando ampliar las operaciones en Siria. Ya la semana pasada la CNN informó que Obama podría poner su prioridad en derribar al presidente sirio, Bashar al Assad, convencido de esa es la única manera de poder terminar con la amenaza del Estado Islámico. Ese paso permitiría una mayor implicación de Turquía, con la posibilidad de que tropas de ese país entraran en Siria, mientras EE.UU. sigue con sus acciones aéreas, sin botas sobre el terreno.
Al parecer ambos llevaban dos semanas discutiendo sobre qué salida dar a sus desavenencias. Finalmente, Obama le habría pedido que dejara el puesto.
La falta de sintonía entre ambos ha sido manifiesta recientemente. Llamó especialmente la atención que el Departamento de Defensa le llevara la contraria a la Casa Blanca sobre la cuarentena que está exigiendo a sus tropas que regresan de labores de asistencia en la lucha contra el ébola en Africa. Obama tuvo que aceptar que los militares fueran más estrictos en sus medidas que lo que la Administración estaba imponiendo como política general.
Otra manifestación de que algo estaba ocurriendo es el mayor papel que está jugando el jefe del Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., el general Martin Dempsey. Obama y Dempsey han mantenido diversas reuniones para concretar la acción en Irak y Siria contra el Estado Islámico, sin la presencia del secretario de Defensa. Hagel estaba manteniendo un perfil bajo en las reuniones del equipo de Obama. De hecho, nunca logró acceder al núcleo más próximo al presidente.
Con la designación de Hagel en 2013, Obama hacía una jugada política, escogiendo a un republicano crítico con Bush, lo que le permitía asegurar que estaba abierto a colaborar con gente del Partido Republicano y al mismo tiempo remarcar su oposición a la política de Bush. Ya Obama había comenzado su mandato con un secretario de Defensa que había heredado de Bush, Robert Gates, a quien después sustituyó por Leon Panetta.
Hagel llegó al Pentágono para organizar la retirada de Afganistán y para poner en práctica los drásticos recortes presupuestarios aprobados por el Congreso en el marco de los recortes motivados por la crisis económica.
Fuente [Abc.es]