Tal como los aviones cuentan desde la década de 1950 con una caja negra que almacena información importante en caso de un accidente, la Agencia Nacional de Seguridad de Transporte de Estados Unidos propuso que éstas se integren también en todos los vehículos motorizados. La idea es que las cajas almacenen desde la velocidad a la que viajaba un vehículo, hasta la cantidad de pasajeros y la ubicación del carro.
Los dispositivos registran la información sólo ante ciertos eventos específicos, como un frenado repentino, aceleración inusual u otros tipos de conducción que podrían conllevar un accidente. Los datos podrían ser descargados de forma remota o a través de una conexión física, dependiendo del modelo del vehículo, y serían utilizados solo por los fabricantes y reguladores para analizar la seguridad de los automóviles después de un choque.
Aunque la intención puede ser buena, los grupos preocupados por la protección de la privacidad han hecho sonar alarmas respecto de la seguridad que requerirá este sistema, y cómo hacer que la información sea anónima y que las empresas no la puedan vender (a compañías aseguradoras, por ejemplo). Quedan preguntas por resolver como cuánto tiempo se almacenarán los datos en una caja negra, quién es el dueño de ellos, si el dueño del auto podrá apagar la caja, o si las autoridades podrían obtener la información sin una orden judicial.
Actualmente, algunas personas en Estados Unidos ya tienen cajas negras en sus autos, pero éstas no están reguladas. Sin duda son una herramienta útil para resolver dudas cuando hay accidentes, y también para mejorar los vehículos, por lo que esta iniciativa podría comenzar a extenderse a más lugares. ¿Estarías cómodo con una caja negra en tu auto que registre lo que haces?