¿Quiere ganar indulgencias? Siga al Papa en Twitter

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Según la doctrina católica, hacer determinadas buenas obras, entre las que se incluyen oraciones o confesiones, puede llevar a los fieles a ganar indulgencias, y así ahorrarse tiempo en el purgatorio.

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«La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos», señala el Catecismo católico.

Pero ahora el camino puede hacerse más expedito al usar las redes sociales.

La Sagrada Penitenciaría Apostólica del Vaticano, organismo que se encarga de la administración de las indulgencias, extendió las que el Papa dará a los presentes en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, que tendrá lugar a finales del mes de julio, a todos aquellos que sigan el evento en vivo en la cuenta de Twitter del pontífice, @Pontifex.

Pero según el Vaticano no basta con simplemente «chatear» en las redes sociales, sino que hace falta un seguimiento activo del evento anual que el Papa lleva a cabo con la juventud.

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Controversia

Del anuncio se hicieron eco innumerables medios de comunicación y algunos retomaron el debate sobre cómo la Iglesia está cada vez más abrazando las redes sociales, y si esto le quita valor al sentimiento religioso o no.

Andrew Brown, especialista en religión del diario británico The Guardian, se pregunta en su blog si importa qué medio usa el Papa para llevar su mensaje. «¿Es intrínsecamente más ridículo seguir al papa en Twitter que hacerlo en vivo, o a través de la televisión?».

Brown argumenta que no, ya que el fin último de la tecnología es tener un impacto en el mundo real.

«Cuando las iglesias evangélicas ponen sus plegarias en presentaciones de PowerPoint, estas no pierden su efecto espiritual por no estar impresas en libros o en hojas de misa. Lo que importa es que la congregación diga y crea las plegarias. Lo que provoca que no tengan sentido es la falta de sentimiento, no el medio en que se transmitan», escribe Brown en su blog.

Y según las últimas incursiones de la iglesia católica en el mundo de la tecnología los feligreses están contentos con la presencia de esta en el mundo virtual.

Días después de que el anterior papa Benedicto XVI lanzase su cuenta en Twitter, ya tenía cientos de miles de seguidores, y actualmente la versión en español cuenta con casi tres millones.

«El Vaticano hace tiempo que se dio cuenta de la importancia de llegar a los jóvenes a través de las redes sociales, y de hecho la gente dedicada a ello ha aumentado significativamente con los años», le dijo a BBC Mundo David Willey, corresponsal de asuntos religiosos de la BBC.

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«Aun así esto no es nuevo ya que en todas las reuniones de la juventud introducen algo que tiene que ver con las nuevas tecnologías. El año pasado fueron unas app para móviles», añade Willey.

Aunque esta vez lo que está en juego son las indulgencias, un tema bastante controvertido.

Indulgencias

«Las indulgencias fueron básicamente las culpables de que existiese la reforma», afirma Willey, refiriéndose a uno de los eventos más importantes de la cristiandad en los tiempos modernos, cuando una serie de religiosos en el siglo XVI liderados por Martin Lutero decidieron desvincularse del catolicismo para fundar varias iglesias protestantes.

Pero la discusión empezó bastante antes.

Según señala frai Enrico dal Cavolo en un artículo publicado en la web CatholicCulture.org, una de las primeras alusiones a indulgencias aparecen en una declaración del papa Urbano II en el año 1095, a través de las cuales condonó las penitencias de los cruzados que confesasen sus pecados.

Las indulgencias se hicieron populares en la edad media y entre las buenas acciones que se llevaban a cabo para obtenerlas aparecieron los pagos en dinero. Poco a poco este tipo de transacciones fue creciendo, hasta que llegó la gota que colmó el vaso.

En 1517 el papa León X ofreció indulgencias a todos aquellos que diesen dádivas para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma, lo que provocó que Martín Lutero escribiese «Las 95 tesis», condenando lo que veía como la compra y venta de la salvación.

Hoy en día la Iglesia ya ha señalado que no vale con seguir al papa en Twitter, sino que hay que creer en el mensaje.

El arzobispo Claudio María Celli, director del Pontificio Consejo para Comunicaciones Sociales, le dijo al diario italiano Corriere della Sera que «lo que realmente importa es que los tuits que el Papa envíe desde Brasil o las fotos del día de la juventud católica que vayan a Pinterest produzcan un auténtico fruto espiritual en los corazones de todos.»

Y si está al alcance de un click, mejor.

Fuente: BBC MUNDO

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