Opinión: “¿Quién le pone el cascabel al gato?”; por @duquegpr

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Los líderes más visibles del experimento democrático en Venezuela, fueron quizá, Betancourt, Caldera, Pérez y Chávez, el primero, padre del populismo democrático y el último, padre del populismo autoritario. Betancourt, en plena efervescencia de la Guerra Fría consideró que las mayores libertades estaban representadas en el pensamiento neoliberal y no en el socialismo, y Chávez, quien llegó al poder ya estando globalizado el capitalismo, creyó ser el intérprete de los descontentos con el neoliberalismo y abrazó el socialismo dictatorial castrista.

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Caldera, fue el responsable tanto en su primer gobierno, como en el segundo, de encaminar a los violentos al activismo político pacífico sin mayores traumas y, Carlos Andrés, fue quien pagó los platos rotos de la maltrecha democracia populista venezolana. Todos ellos, en algún momento de la historia política reciente, tuvieron que tender puentes con sus adversarios políticos para enfrentar males mayores a la sociedad venezolana. Betancourt, por ejemplo, en alianza con los comunistas y todas las fuerzas de la política venezolana de entones, derrocaron al dictador Marcos Pérez Jiménez. Caldera, creó el Chiripero en alianza con los partidos políticos que no se habían desgastado en los gobiernos puntofijistas para ganar las elecciones de 1993. Chávez, creó la alianza militar-cívica radical que gobierna el país desde 1999 hasta hoy. AD y COPEI, por su parte, dejaron de ser adversarios y se aliaron para enfrentar al movimiento militar-cívico de Chávez.

Siempre ha sido necesario que unos y otros se sienten a dialogar y que depongan sus intereses particulares por los generales. Cuando el país así lo ha requerido se sientan en la misma mesa, los de derecha, los de izquierda y hasta los mochos. Incluso, los adjetivos de izquierdas y derechas han perdido vigencia cuando está por encima Venezuela y su futuro. En este momento de nuestra historia, la unión entre chavistas y antichavistas, no es otra cosa, que la salvación del país.

Cuando Maduro sacó en la lotería cubana el título de Presidente, no sabía por qué Cuba lo prefirió a él y no a otro con un poquito más de capacidad para hacerles el mandado a ellos en Venezuela, sin embargo, los antillanos sí sabían que él sería la garantía para someter a Venezuela al comunismo castrista. Maduro, ha sido, sin lugar a dudas, el Presidente que más daño le ha hecho al país, no le bastó con acabar la economía y la producción nacional, ni el desarrollo y el futuro de 31 millones de venezolanos, sino que, tenía que convertir a Venezuela en un Estado forajido, dónde sus principales líderes están solicitados por la justicia internacional.

Con la muerte de Chávez, el gobierno fue cerrando sus espacios purgando al chavismo del poder, hasta llegar a ser lo que son hoy, una casta gobernante de algunas diez familias. El chavismo perdió su razón de ser con la llegada del Madurodiosdadismo. En Venezuela hoy día no es la derecha la que perdió sus privilegios burgueses, nada de eso, contrariamente, son unos burgueses disfrazados de izquierdistas los que pretenden engañar al pueblo con discursos de odio hacia eso que ellos representan -la oligarquía poschavista- . Mientras el hambre del pueblo tiene a mucha gente comiendo de la basura, ellos, se pavonean mostrándole al mundo su dinero mal habido.

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Además, sabiendo que la factura popular está a punto de llegar, deciden violar la Constitución, nada más y nada menos que la verdadera hija de Chávez. La heredera. La bicha pues. Los dueños del país, inventaron en alguna parte de la Habana la forma de ganar sin mayoría. Entubaron una Asamblea Nacional Constituyente donde los electores no tienen ninguna opción, porque el partido único, es eso, sin opciones. En Cuba, por ejemplo, hay elecciones, pero, no hay opciones, así quiere el Madurodiosdadismo, mantenerse en el poder. Ejemplo de lo anterior sería, el caso del candidato de los trabajadores, donde el abanderado es el trabajador que traen obligado a marchar en Caracas, a gritar consignas a favor del gobierno. ¿Quién puede decir que el Constituyente de los trabajadores no estará alineado con los deseos del Madurodiosdadismo? Asimismo, las grandes ciudades donde el gobierno salió vapuleado en las elecciones pasadas, ahora, tienen la misma representación que los municipios pequeños donde solo se ve VTV y viven de las migajas del Gobierno. Esa es la consecuencia política, pero, hay una consecuencia jurídica, y allí es donde debemos unirnos todos para enfrentar la violación a la Constitución. El principal problema no es que ganen siendo minoría, pero sí lo es, el hecho de dar por terminada la democracia participativa y protagónica que establece nuestra Carta Magna. Acallar al pueblo de esta manera es lo que nos debe unir a todos para evitar la dictadura en Venezuela.

¿Que falta para que los líderes de la oposición y del chavismo se sienten a dialogar y a apoyar a la Fiscal General y a aquellos que dentro del Gobierno no quieren vivir en dictadura pero que siguen callados porque no ven la situación clara?. Los empleados públicos que son el fuerte del Madurodiosdadismo solo están esperando por los líderes de ambos bandos políticos para que se unan y, enfrentemos todos a quienes perdieron la autoridad en el país y que quieren mantenerse en el poder mediante el fraude constitucional. Los venezolanos solo queremos una nueva oportunidad. Ahora, la pregunta de las sesenta mil lochas: ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Por Pedro Duque (@duquegpr)

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