«Fue el inicio de la crisis; una confrontación entre los dos gigantes atómicos, los EE.UU. y la URSS, que llevó al mundo al borde del abismo de la destrucción nuclear y el fin de la humanidad». Con estas palabras recogidas por E.J. Rodríguez, Robert Kennedy –hermano del protagonista del mayor magnicidio de la última época– recuerda la crisis de los misiles de Cuba. Era octubre de 1962 y los protagonistas de la Guerra Fría estuvieron a punto de acabar con todo.
Han pasado 42 años y la situación no parece tan grave. O sí. El avión derribado por los prorrusos en el este de Ucrania, que se convirtió en el asesinato de 283 civiles, las sanciones al círculo más cercano del presidente ruso establecidas por la UE y EE.UU. o las tensiones en oriente medio con Obama y Putin como protagonistas parecen haber reavivado el fantasma de una nueva guerra fria.
Graham Allison, director del Centro Belfer para la Ciencia y las Redes Sociales de la Escuela Harvard Kennedy y también autor del ensayo «Terrorismo Nuclear: La última catástrofe evitable», ha escrito en «The Atlantic» su particular visión sobre lo cerca que está el planeta de caer en una nueva Guerra Mundial. Y lo ha hecho planteando siete diferencias y siete similitudes entre 1914 y 2014.
Similitudes
1. «La trampa de Tucídides»
El historiador y militar griego Tucídides, considerado la antítesis deHeródoto, es quizá también el primer periodista de la historia: «pregunta a los testigos, los interroga hasta estar seguro de lo que en realidad ocurrió, y luego se apoya en pruebas jurídicas».Con esta «trampa de Tucídides», Graham Allison se refiere a la ansiedad y el temor que les entra a los imperios cuando ven en riesgo su posición de poder. A Grecia le ocurrió con Esparta. En 1914 el imperio de Inglaterra sintió ese temor ante Alemania, que tras la unificación de 1870 amenazaba la hegemonía continental a Francia. Ahora, cien años después, Estados Unidos ve cómo China amenaza su número uno en el tablero global. Una posición que para Estados Unidos es «natural, la que Dios le ha otorgado».
2. Una «Guerra Total», algo inconcebible
El enfrentamiento es intrínseco al ser humano. A principios del siglo XX la guerra era habitual: coloniales, conflictos locales…Pero nadie se planteaba un gran conflicto. De hecho Norman Angell, el autor más vendido de aquella época, decía que «la guerra no está de moda» y que una guerra total no era sino «una gran ilusión». Se equivocó.
Tras la II Guerra Mundial el mundo ha vivido un relativo periodo de calma. Según Graham Allison, reforzada por las armas nucleares y la globalización económica. Esta interdependencia y el temor a la destrucción total es lo que hace ahora un conflicto «impensable».
3. Somos interdependientes económica, social y políticamente
Tanto en 1914 como en 2014, las relaciones interdependientes son clave entre las potencias. Hace un siglo, Alemania y Reino Unido eran los primeros socios económicos y sus élites se «criaban» en las mismas universidades. Hoy China es el segundo socio comercial de Estados Unidos y Estados Unidos es el primer importador de productos chinos. Un enfrentamiento entre ambos parece una locura.
4. El nacionalismo
El profesor Graham Allison explica que en 1914 el Imperio Otomano se desmembraba, los serbios querían su Gran Serbia y Rusia y el imperio austrohúngaro querían conseguir el poder en los Balcanes. AdemásAlsacia y Lorena seguían creando tensiones entre Francia y Alemania.
En 2014 China y Japón están enfrentadas por las islas Senkaku y en el corazón de Europa los nacionalismos han despegado con la crisis del euro.
5. Poder militar
En 1914 Reino Unido y Alemania vivían entre constantes amenazas, Rusia era la gran rival de ambos y Francia estaba centrada en sus fronteras con Alemania. Esa tensión hizo que aumentaran lospresupuestos de defensa.
En 2014 el Departamento de Defensa de EE.UU. planea crear algo que llama «Área antiamenazas», un plan que en el fondo busca defenderse del auge chino, que lleva desde 1996 planeando devolver a EE.UU. la humillación que ellos recibieron en Taiwán.
6. Extrañas alianzas
Henry Kissinger (1923) habló de que las alianzas que se fueron gestando en la IIGM eran «una máquina del juicio final de diplomacia». Ahora por ejemplo, en Asia, Estados Unidos tiene más aliados que China. Lo que significa que si a China le da por atacar Japón, por los acuerdos que tienen firmados, será como si dispara contra Estados Unidos. Es lo que pasó en la Gran Guerra: las alianzas acabaron involucrando a todos.
7. Las tentaciones de poder
Un ejemplo planteado por Graham Allison: En 1914 el imperio austrohúngaro se hundía ante el avance de Rusia y sus cantos de sirena a los eslavos de los balcanes. Así el emperador Franz Joseph pensó que sería buena idea para recuperar popularidad y poder enviar a su heredero el archiduque Francisco Fernando a Sarajevo. El resto es historia.
Hoy Japón, tras años de decadencia y deflación, decidió saltarse la Constitución pacifista impuesta por EE.UU. en 1947, y comenzar su rearme para hacer frente a las amenazas de China y Corea del Norte.
Diferencias:
1. «Choque de civilizaciones»
Según Samuel Huntington, en 2014 hay más diferencias entre los valores de unas y otras civilizaciones que en 1914. Lo que puede poner en riesgo la estabilidad.
2. El poder económico tiene el control
En 1914, Gran Bretaña era el primer país en ofrecer crédito en el mundo. En 2014, EE.UU. es el primer deudor en el mundo con más de 17 billones de deuda. La mayor parte de esta deuda es con China, que no le interesa entrar en conflicto con quien tiene que devolverle tanto dinero.
3. Geografía común
En la Gran Guerra, los conflictos estaban a la puerta de casa. Las fronteras estaban dentro del continente. Hoy un posible conflicto entreEstados Unidos y China o Estados Unidos y Rusia tiene un océano por medio.
4. Armas nucleares y de destrucción masiva
El temor de que una guerra nuclear pueda acabar con toda la humanidad era algo inconcebible hace un siglo. Ese miedo es hoy una realidad y lo que evitó un enfrentamiento en la Guerra Fría.
5. Balances militares
En 1914 estaba todo demasiado repartido: Reino Unido dominaba el mar, Alemania tenía el ejército más poderoso y Francia y Rusia no quedaban a la zaga. Cien años después, ningún ejército del mundo puede hacer frente en una guerra convencional a Estados Unidos.
6. Tecnología y transparencia
En 1914 existía el miedo de que Alemania pudiera movilizar sus ejércitos en secreto. La única forma de que los Estados Mayores de las potencias se enterasen eran cables y correos enviados por sus embajadas y espías. Algo arriesgado y que podía fallar. Hoy la comunicación es a tiempo real. Pon no hablar de la CIA y la NSA.
7. Estructura y política mundial
Hace un siglo, el poder en el mundo estaba repartido: era multipolar y no había una potencia predominante. Ahora, por mucho que China amenace o Putin quiera recuperar el «prestigio» de la URSS, Estados Unidos es quien marca el paso.
Fuente [Abc.es]