No hay nada más exasperante que un ordenador que va lento. Si te has cansado de reiniciar una y otra vez, te damos algunos consejos que pueden mejorar el rendimiento de tu ordenador.
Si tu ordenador va lento tienes problemas para sacar adelante el trabajo, te pones de mal humor y sabes, que tarde o temprano, te tocará reiniciarlo (de nuevo). No esperes más: tu ordenador merece una limpia para volver a funcionar bien.
A medida que vamos utilizando nuestro ordenador almacenamos datos, e instalamos pequeños programas y aplicaciones muchas veces sin ser demasiado consciente. Tampoco es raro que se nos haya ‘colado’ algún virus o spyware que, aunque no sea muy grave, ralentice también el funcionamiento de la máquina.
Lo primero que debes hacer es dedicar un tiempo a pasar la herramienta de análisis del antivirus: detectará si hay archivos sospechosos y podrás eliminarlos desde el propio menú del antivirus.
A continuación es útil emplear algún programa de limpieza del ordenador. Tienes varias opciones gratuitas y bastante útiles. Uno de los más conocidos es CC Cleaner, muy fácil de usar para los principiantes: borra todo el historial de navegaciones, las cookies (esos programitas que los anunciantes y las webs te instalan para estudiar tu comportamiento), te dice e inhabilita todos esos programas innecesarios que se inician cuando enciendes el ordenado y ralentizan el arrancado.
Tras estas operaciones deberías experimentar ya una mejora notable. Pero aún puedes hacer algunas cosas más para que duren los buenos tiempos. Por ejemplo, haz una revisión manual de los programas que tienes instalados y elimina todos aquellos que ya no uses o no necesites. Con el tiempo solemos acumular software del que luego nos olvidamos.
Si aún así creemos que el ordenador sigue yendo lento, existen herramientas también de descarga gratuita que aceleran y optimizan el rendimiento. En concreto para Windows puedes probar con Auslogics Disk Defrag, un programa que repara los discos duros del ordenador y recompone los fragmentos de los archivos para mejorar la eficiencia del sistema operativo.
Otro programa que te puede resultar útil es EasyBCD, que permite configurar la carga de Windows y que además es compatible con otros sistemas operativos, como Linux o Mac.
Hay situaciones extremas en las que por más programas de limpieza y aceleración que pasemos, el programa no responde. En este caso podemos aplicar las soluciones de emergencia. La primera hacer una restauración del equipo al estado de fábrica: muchos fabricantes incorporan una participación de recuperación. Puedes comprobar si la tienes en Administración de equipos / Administrador de discos. Si tienes una participación de recuperación aparecerá en un icono sin letra y con la indicación ‘Partición de recuperación’ o ‘Recovery’.
Consulta el manual de usuario de tu ordenador porque no todos los fabricantes permiten acceder a esta opción del mismo modo: normalmente hay que presionar una combinación de teclas durante el arranque de Windows, o bien optar a la recuperación a partir de un asistente preinstalado por el fabricante en nuestro equipo.
Si no tenemos esta opción, por desgracia, toca formatear, con el engorro que supone desinstalar e instalar de nuevo el sistema operativo.
Fuente: [quees.com]