Hace unos meses, o más, desde el mismo chavismo se habló del concepto de Pueblo Grande. El concepto es realmente interesante por aquello de que pretende aludir a la mayoría de “invisibles” (los apartados históricos del poder).
Pero, más allá del Pueblo Grande (por no caer en mediciones) me gustaría que empezásemos, desde esta esquina, a hablar de Pueblo Amplio.
Este concepto propuesto trata de la síntesis del antagonismo histórico de las clases sociales –en su superación-; en vez de pensar un Estado dirigido a un grupo cuantitativo, y en detrimento del otro ( sin comprender que la afección a una capa perjudica a la otra) deberíamos empezar a pensar en la función real, no dañina, que una clase produce a la otra y cómo, a través de su superación, mejoraremos las condiciones de la otra. Sobre todo porque, si reflexionamos desde la visión de “los dueños de medios de producción” en Venezuela, es inevitable ver que aquí el gran poseedor del capital es el propio Estado (la industria petrolera y empresas básicas que ocupan el 80% del ingreso).
Puntualmente veo cómo, desde la capa media que no es si no producto del derrame económico de la producción nacional centrada en el petróleo, se genera un efecto centrífuga para el resto de la dinámica social. La clase media debería funcionar justamente como el aglutinante en un proceso democrático de corte social; pues, duélale a quien le duela, tienen más que ver con las clases bajas que con las clases altas. Las pretensiones de “pequeño burgués” sólo revelan que la clase media tiene una conciencia bastante tonta de sí misma; en realidad son el experimento exitoso de cómo el Estado –en el siglo XX- logró que un grupo –más pequeño de lo deseable- superara las barreras de la pobreza y mejorara su calidad de vida.
Hoy día, producto del dinero que mueve el Estado, se inyecta dinero a la economía nacional y se generan los “mercados” privados de productos y servicios que satisface las demandas de las capas bajas, medias y altas. Específicamente –y hay miles de artículos al respecto- las capas bajas, como gran mercado, se han vuelto el target deseado para el mercadeo masivo –político, y de productos y servicios- pero no se ha buscado reparar en cómo garantizar la debida movilidad social deseable y consistente; sino que se han vuelto consumidores ideológicos y de productos y servicios apetecibles para las capas superiores y/o la clase política. ¿Será que justamente en la pervivencia antagónica es que está el secreto del mercadeo político/económico actual tanto para la clase política como la económica dominante? Yo creo que si. Por ello, si empezamos a comprender el concepto de Pueblo Amplio, quizás logremos entender que somos los mismos de antes y ajustemos el sistema para producir superación social.
Por Nnacy Arellano / @nancyarellano