El mayor del ejército estadunidense Nidal Hasan fue declarado culpable el viernes por matar a balazos a 13 personas y dejar heridas a otras 30 en la base militar de Fort Hood en el 2009, en un estremecedor ataque contra los soldados estadunidenses por parte de uno de los suyos que afirmó que lo hizo para proteger a los musulmanes insurgentes de ultramar.
El siquiatra del ejército admitió haber perpetrado el ataque en una sala de espera colmada de soldados inermes que esperaban los últimos preparativos para ser emplazados en Afganistán e Irak. Trece personas murieron y otros más de 30 resultaron heridos.
Debido a que Hasan nunca negó sus acciones, la corte marcial puso mayor esfuerzo para garantizar que se le pueda condenar a la pena de muerte. Desde el principio del caso, el gobierno federal ha buscado ejecutar a Hasan bajo la convicción de que cualquier condena que no permitiera aplicarle una inyección letal privaría a los militares y a sus familias de las víctimas de la justicia que han buscado por casi cuatro años.
Un jurado de 13 militares de alto rango llegó a un veredicto unánime de culpable en todos los cargos —13 delitos de homicidio premeditado y 32 cargos de intento de homicidio premeditado— en deliberaciones de siete horas. Hasan no expresó reacción cuando se dio lectura a la sentencia. Después que el jurado y Hasan salieron del tribunal, algunas víctimas que sobrevivieron el ataque y los miembros de sus familiares rompieron en llanto.
En la siguiente etapa del juicio que comenzará el lunes, todos tendrán que estar de acuerdo en aplicarle a Hasan la pena de muerte en el sistema militar de ejecuciones en el cual hay cinco otros prisioneros condenados a la pena máxima. Si no llegan a un acuerdo unánime el acusado de 42 años podría continuar en prisión por el resto de su vida.
Hasan, un musulmán que nació en Virginia, dijo que el ataque fue una acción de yihad (guerra santa) contra las guerras que Estados Unidos conduce en Irak y Afganistán.
Fuente: excelsior.com.mx