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¿Tienes un recuerdo que te gustaría reemplazar por algún otro? Científicos del MIT, han conseguido este resultado en ratones, mediante técnicas relacionadas con la ingeniería genética y la optogenética (combinación de genética y métodos ópticos para controlar eventos específicos en ciertas células del tejido vivo). El Dr. Xu Liu, coordinador del equipo de neurocientíficos, considera que la posibilidad de implantar falsos recuerdos sigue siendo el mismo proceso de como la mente trabaja: “Nuestra memoria cambia al mismo tiempo que es grabada. Es por eso que podemos incorporarle viejos recuerdos y de esta manera, poder formar una falsa memoria”, comenta el Dr. Xu Liu.
Sustitución de recuerdos
Grupos de investigación de la University of Dundee, habían entrenado a roedores para hacerles creer que se encontraban en un lugar diferente al que en realidad se encontraban, manipulando artificialmente el cerebro de los ratones, alterando su percepción de la realidad respecto a los recuerdos que presentaban y, aunque esto es muy distinto a lo que MIT ha hecho, las posibilidades de implantar falsos recuerdos serían de gran interés para la medicina y la psicología.
El principio de sustitución de recuerdos consiste en en activar mediante luz, grupos específicos de células del hipocampo, región cerebral encargada de la memoria episódica (memoria relacionada con sucesos autobiográficos). Personas que han vivido experiencias traumáticas, ¿ésta podría ser una opción terapéutica, engañar al cerebro y poder continuar con su vida? Parece una tarea compleja.
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Almacenar pensamientos conflictivos en nuestro cerebro, no sólo es negativo, también tiene indicios positivos en el cerebro. En otras palabras, recordar situaciones conflictivas también juega cierto papel evolutivo en el ser humano, ya que nos mantiene alerta de otros episodios similares –paradójico, ¿no?–.
Todo esto ha abierto debates éticos y morales, ya que la manipulación de la materia gris, pone en jaque a los investigadores que apuestan por garantizar el progreso científico, al mismo tiempo que se pide, respeten y garanticen cuestiones tan básicas como los derechos humanos.
Arthur Caplan, director de ética médica del New York University’s Langone Medical Center, comenta que “intervenir nuestra mente, podría amenazar seriamente nuestra identidad personal. Derecho ligado al desarrollo de la persona y de una complejidad jurídica importante”, el cual debe ser respetado, por muy plausible que fueran los fines científicos que se presuponen.
Manipular la mente de un criminal para reintegrarlo de manera favorable a la sociedad, son cuestiones meramente hipotéticas, que aún no están sustentadas en resultados firmes, pero que se han de discutir cuando de neuroética se hable.
Considerar implantar falsos recuerdos en la mente podría ser decisión propia, para así amenizar un poco aquel debate moral y ético, aunque aún existen interrogantes que deben resolverse para poder ser sujetos de prueba de este método.
¿Qué les parece, se someterían a este proceso?
[Fuente: entermedia.mx]