Responsables de la compañía norteamericana desvelan algunos de los secretos en torno al desarrollo de su gama de consolas. Entre ellos, el proceso de elegir un nombre adecuado. Para tal fin, debieron ir descartando una gran cantidad de posibilidades, algunas de ellas, verdaderamente absurdas. Todo ello para elegir, finalmente, Xbox.
Una denominación que, por otra parte, acabó convirtiéndose en uno de los mayores reclamos publicitarios en torno a la nueva plataforma, y en torno al cual surgió arduos debates e infinidad de rumores y especulaciones, para, finalmente, descubrir que pocos o casi ninguno logró acertar en sus predicciones.
El nombre elegido, a nivel general gustó bastante, y la compañía se encargó de que quedara en la mente de los usuarios al repetir una y otra vez las razones que le llevaron a elegir tal epíteto; esto es, porque One reflejaba el principal objetivo de la consola: aunar en una sola máquina todo el entretenimiento posible.
Pero ahora sabemos algo más de cómo se gestó la otra parte de su nombre, Xbox, aquel que da significado a toda la gama de consolas de Microsoft y que finalmente se eligió entre otros muchos que sus propios responsables califican de basura.
Ha sido Seamus Backley, en una entrevista concedida a EDGE, quien, en un repaso a la historia de la presencia de la compañía en el sector, nos ha puesto algunos ejemplos de esos nombres como mínimo curiosos que estuvieron a punto de dar a la primera de sus consolas, y, por ende, a la que vino a continuación y hará a partir de noviembre.
Comienzan los problemas y las propuestas
Y eso que el que finalmente iba a ser el elegido se descartó en un primer momento por supuestos problemas legales tras descartar algunos que ahora nos parecen irrisorios pero que en su momento pudieron haber sido los escogidos: 11-X, AIO, FACE o MET. Por ello, el equipo desarrollador (del que Backley formaba parte) debió iniciar una nueva búsqueda, centrando la mirada en un sector tan poco relacionado con el sector del hardware como los coches.
Le siguen desvaríos varios
El resultado, confiesa el propio creativo, fue una lista de “nombres absurdos”, que obvia y felizmente, fueron siendo desechados uno a uno, como el Microsoft Bunduss, que pone como ejemplo.
Menos absurdos quizá pero igualmente poco atractivos fueron los resultantes de intentar nombrar la consola a través de siglas o acrónimos, los cuales fueron calificados como “basura” en palabras del propio Backley. Y no es para menos: E2 (que venía a significar Extreme Experience), P2 (PowerPlay), MOX (microsoft Optimal Experience) o nada menos que TSO (acrónimo para Three, Six, Zero) fueron algunos de esos nombres barajados.
El primero fue el que triunfó
Afortunadamente, ninguno de ellos sobrevivió y, a pesar de todo, finalmente acabaron eligiendo el que ha permanecido con nosotros, muy pronto, a lo largo de tres generaciones. ¿Os imagináis hablando ahora de FACE One? ¿O de una TSO One? Ahora resulta absurdo, pero hubo posibilidades de que ello fuese así.
Fuente: Gamerzona.com