Apenas dos días después de que la Corte Suprema de Brasil autorizara indagar a 12 senadores y 22 diputados por la trama de corrupción en Petrobras, la presidenta Dilma Rousseff defendió la investigación “amplia, libre y rigurosa” del escándalo que ha sacudido a la séptima economía mundial.
“Con coraje y hasta sufrimiento, Brasil aprendió a practicar la justicia social en favor de los más pobres, así como a aplicar duramente la mano de la justicia contra los corruptos”, afirmó Rousseff en su mensaje televisivo por el Día Internacional de la Mujer.
“Es eso, por ejemplo, lo que viene ocurriendo en la investigación amplia, libre y rigurosa de los episodios lamentables contra Petrobras”, continuó la presidenta de Brasil en su breve referencia al escándalo.
La mayor parte del discurso, sin embargo, lo monopolizó el ajuste fiscal impulsado por el gobierno para reactivar la ralentizada economía brasileña.
“Son medidas para sanear nuestras cuentas y, así, dar continuidad al proceso de crecimiento con distribución de renta de manera más segura, más rápida y más sostenible”, afirmó la presidenta.
Rousseff, que puso especial énfasis en resaltar que los avances “sagrados” de los trabajadores no están en peligro, reconoció que Brasil atraviesa por “problemas coyunturales” en su economía derivados del contexto mundial.
“No había cómo prever que la crisis internacional duraría tanto. Y, además, que estaría acompañada de una grave crisis climática”, explicó Rousseff en referencia a la sequía histórica que afecta al sudeste y noreste brasileño.
“Paciencia”
La mandataria, que el 1 de enero comenzó su segundo mandato, pidió “paciencia” a los brasileños para enfrentar las dificultades y avanzó que los ajustes se alargarán “el tiempo que sea necesario” para reequilibrar la economía.
Durante la emisión del mensaje televisivo se escucharon caceroleadas y gritos contra la presidenta en diferentes barrios de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte o Curitiba, según recogieron los medios locales.
Con su popularidad en caída libre -perdió 19 puntos hasta el 23% de aprobación según el último sondeo Datafolha de febrero-, Rousseff demandó confianza en su gobierno para resolver estos “problemas temporales”.
Tras cinco años de magro crecimiento, la séptima economía del mundo podría incluso contraerse en 2014, según reconoció hace poco el ministro de Hacienda, Joaquim Levy.
La cifra oficial se conocerá a fines de marzo y, sin dudas, estará lejos del espectacular crecimiento de 7,5% de 2010.
En esta tesitura, el Congreso dirigido por la base aliada echó atrás una de las medidas clave del ajuste fiscal propuesto por el gobierno, que ponía fin a beneficios tributarios a empresarios.
El gesto fue interpretado por analistas como una declaración de guerra del Legislativo al Ejecutivo, justo cuando la prensa local ya filtraba los nombres de los presidentes del Senado y la Cámara como integrantes de la lista de investigados por la trama corrupta en Petrobras.
Como ya hizo en años anteriores, Rousseff concluyó su discurso aludiendo a los derechos de las mujeres.
Cacerolazos y protestas
El discurso pronunciado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, provocó cacerolazos y otras manifestaciones de protesta en varias regiones del país, actividades que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) adjudicó a un plan “orquestado” por la oposición.
En su mensaje por el Día Internacional de la Mujer, la mandataria defendió el ajuste fiscal que está implementando su gobierno para recomponer el deterioro económico, y que consiste, entre otras iniciativas, en aumento de impuestos y reducción de algunos beneficios fiscales y laborales.
Los cacerolazos y los abucheos se produjeron, según la prensa local, en barrios de clase media y alta de al menos doce capitales regionales. El vicepresidente del PT, Alberto Cantalice, afirmó en un comunicado que las protestas responden a “una orquestación con sesgo golpista”.
Fuente [Losandes.com.ar]