Un estudio publicado por la BBC. Mundo, explica por qué los recién nacidos tienen la boca tan pequeña que la lengua la llena casi en su totalidad. Los adultos, en cambio, tienen más espacio dentro de la boca.
La epiglotis de los bebés, una estructura cartilaginosa que forma parte de la laringe, está muy cerca del paladar. Esto hace que haya una selladura casi completa de los viaductos de aire que hay dentro de la boca.
Si la nariz se bloquea por una gripe o una obstrucción física, la boca sirve como alternativa para respirar, pero un bebé generalmente necesita estar llorando para generar la suficiente presión que le permita al aire entrar por un espacio reducido.
A los seis meses los músculos de la lengua, la cara y el paladar se desarrollan y la epiglotis se desplaza hacia abajo para separarse del paladar blando. Esto aumenta el riesgo de que el bebé se atore cuando traga, pero permite la respiración.
Y todavía más importante, esto permite que pronuncie sonidos de vocales al hablar. Por eso es que los chimpancés, que solo respiran por la nariz, no pueden decir «i» o «ou» o «u».